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“Estamos en deuda de local con nuestro público, nos está costando cerrar los partidos. Queda una sensación amarga porque dejamos escapar puntos en casa”, reflexiona con autocrítica el DT de Ñublense, Jaime García, quien asume que su equipo ha sufrido más de la cuenta para marcar la diferencia de local y asegurar una buena cuenta de ahorro de cara a la consecución del objetivo de clasificar a la liguilla por el ascenso o incluso pelear el título.
El conjunto chillanejo es el tercer peor elenco jugando en casa, con un rendimiento global de 44,4 por ciento. De 36 puntos que ha disputado en casa, ha cosechado solo 16, tras cuatro triunfos, cuatro empates y cuatro derrotas.
Considerando que en la recta final, que contempla cinco fechas, Ñublense tendrá que disputar tres duelos de local (Puerto Montt, Barnechea y Rangers) y dos de visita (Valdivia y Wanderers), García y sus dirigidos tendrán que mejorar mucho el rendimiento en el Estadio Nelson Oyarzún para quebrar la tendencia de anfitrión que se ha transformado en la piedra de tope que puede truncar su sueño.
“Triste porque tuvimos la chance de ganarle a Temuco en casa, uno queda con bronca. Nos faltó un poco más de juego ante un rival de jerarquía que está para jugar en Primera. Hay cosas que corregir. Ahora con Valdivia es una final, pero no hay que dar por muerto a nadie”, reflexiona Federico Mateos, quien quedó frustrado tras otro empate en casa.
“No supimos reponerlos después del gol de Temuco”, agrega Johan Moreno.
“Triste porque se nos escapó un triunfo en un partido muy duro. Pudimos ganarlo o perderlo. Pero esto sigue y ahora tenemos que recuperar estos puntos perdidos en Valdivia. Vienen cinco finales, estamos ahí, la tabla está apretada”, sentencia Fernando Lazcano.
Afirmado en su gran rendimiento como forastero, condición en la que es el de mejor campaña, pero sin Mathías Pinto, Ñublense visitará a Deportes Valdivia el próximo domingo con la misión de recuperar los puntos que perdió en casa frente a Temuco. Solo una victoria le permitirá seguir soñando con el ascenso directo o un cupo a la liguilla, aunque de paso, cavará la tumba de los valdivianos que son colistas y están cerca del descenso.