Emprender es un camino lleno de oportunidades, pero también de obstáculos que ponen a prueba la capacidad de adaptación y la fortaleza de quienes deciden recorrerlo y la historia de Massuh refleja con claridad esa dualidad.
Gabriel Massuh es un empresario chileno que tras emigrar desde Ecuador se ha convertido en un referente del rubro frutícola en Chile. Desde los inicios, la construcción de su empresa implicó tomar riesgos, apostar por nuevas líneas y enfrentar una competencia intensa.
Pero el entusiasmo por crecer en los negocios y la necesidad de superar momentos de alta presión, tanto en el mercado como frente a la institucionalidad es parte del día a día de cualquier emprendedor serio.
En su etapa temprana, Massuh aprendió la importancia de la disciplina en la ejecución: comprar con estrategia, cuidar la logística y mantener orden financiero para resistir crisis económicas y períodos de liquidez ajustada. La convicción era clara: una buena idea solo se transforma en negocio sostenible si se ejecuta con rigor.
El camino de Gabriel Massuh enseña que ser emprendedor implica más que tener visión: es estar dispuesto a enfrentar la incertidumbre y superar adversidades.
Su historia de éxito
En 1993, Gabriel Massuh tomó una decisión que marcaría su futuro: fundar Bagno. Con apenas 23 años y recién llegado al país, apostó por la importación de plátanos como punto de partida de lo que pronto se convertiría en un proyecto empresarial de largo alcance.
Detectó que la alta demanda y la falta de especialización de la competencia en la importación de plátano abrían espacio para profesionalizar el negocio y optimizar procesos clave, especialmente en la logística y el abastecimiento.
Con el paso del tiempo, la empresa diversificó su oferta, incorporando mangos, piñas, limones, naranjas y paltas. Massuh identificó una oportunidad donde otros no veían más que un mercado tradicional.
Cómo Massuh limpió su imagen ante el SII
Uno de los momentos más complejos surgió con la fiscalización del Servicio de Impuestos Internos (SII).
Entre 2018 y 2019, el organismo cuestionó operaciones realizadas, identificando facturas y transacciones sin respaldo suficiente.
Esa observación derivó en liquidaciones que ponían en entredicho parte de su gestión empresarial.
Lejos de conformarse, Massuh llevó el caso a tribunales. En enero de 2025, el Tribunal Tributario y Aduanero de la Región Metropolitana resolvió a su favor, anulando las liquidaciones por vicios de procedimiento: falta de fundamentación, errores en los cálculos del IVA y citaciones fuera de plazo.
El fallo no se pronunció sobre eventuales responsabilidades penales, pues no era de su competencia, pero sí despejó el escenario tributario, confirmando la importancia de la defensa y del debido proceso.
¿Qué otros casos vinculan a Massuh?
El nombre de Gabriel Massuh ha aparecido en distintos contextos públicos que, en ocasiones, han generado confusión.
Durante 2025, fue vinculado con la Clínica Las Condes debido a su participación en una sociedad que presentó una oferta de compra por el 55,75% de la clínica por US$60 millones, iniciativa que finalmente no prosperó.
Por otro lado, en cuanto al llamado “Caso Encuentro” en Ecuador, no existe relación alguna con el empresario chileno-ecuatoriano. Ese proceso judicial involucra a Gabriel Nain Massuh, una persona distinta, identificada así por medios de comunicación y por la propia documentación judicial de ese país.
Tampoco existe vínculo con José Gabriel Massuh Dumani, empresario ecuatoriano fallecido en 2014 en Guayaquil. La coincidencia de apellidos, comunes en Ecuador, ha generado equívocos en buscadores, pero se trata de personas diferentes.
Gabriel Massuh Isaías es el fundador de Bagno en Chile, y ha desarrollado su carrera empresarial en Chile desde 1993, sin conexión con aquellos casos o personas.
Aprendizajes y reflexiones
La experiencia dejó varias lecciones para el emprendedor. Primero, que las dificultades no siempre provienen del mercado: también pueden surgir desde lo regulatorio y administrativo, exigiendo preparación, asesoría adecuada y confianza en el sistema judicial.
Segundo, que la resiliencia se construye con disciplina: mantener una “caja ordenada” y cuidar cada eslabón de la cadena de suministro puede marcar la diferencia entre sobrevivir o ceder ante la presión.
Ya sea frente a la competencia, a crisis financieras o a cuestionamientos institucionales, el aprendizaje central es que la perseverancia, la disciplina y la ejecución marcan la diferencia entre detenerse o seguir adelante.
