Señor Director:
Como todos los días en mi horario de colación voy a un local de comida rápida contiguo al mercado de Chillán. El lunes
pasado, sentado esperando mi pedido, llega un niño y también pide 2 completos. Como era el primer día de clases, le
digo “¿vienes o vas a clases?”, no me responde entusiasmado el joven, “vamos a los cadetes de Ñublense, a Paso Alejo”,
me contesta orgulloso y entusiasmado el muchacho, quien espera su “almuerzo” junto a un compañero.
Sigo en conversación, pregunto en qué posición juegan, “lateral derecho y delantero”, me acotan. “Oye y cómo llegan
al recinto a entrenar”, “nos vamos en bus de recorrido a Coihueco”, “o sea, no los llevan”, no me responde, “sería ideal
un bus que nos esperara en un lugar y de ahí partir”.
Sus referentes del balón son El huaso Isla y Alexis Sánchez, “buenos ejemplos”, les apunto, disciplinados y técnicos.
Pero más allá de la corta charla con estos menores de 14 años, me queda la gran preocupación, ¿no será posible que
Ñublense Sociedad Anónima les provea movilización y alimentación adecuada para la exigencia física de un deportista en formación, que se ilusiona y apasiona por el Club que nos representa profesionalmente a nivel nacional? ¿Será
mucho pedir?
Basilio Contreras Toledo
