Señor Director:
¿Qué tienen en común todas las fundaciones cuestionadas en los últimos días? Que la mayoría de sus integrantes son profesionales de áreas del mundo de las letras. Ojalá esto sirva para que abogados, actores, psicólogos, historiadores, filósofos, antropólogos y otros, aprendan que es denigrante y poco práctico depender una y otra vez de cualquier concurso de fondos o favores con base en amistades: debemos aprender a valorar y respetar; cobrar por nuestro trabajo. Que un filósofo o historiador cobre por hablar, por ejemplo. Enaltecer las carreras de estas áreas pasa por cada profesional igual, para que las futuras generaciones no sean vistas con temor por sus padres (que piensan que morirán de hambre ejerciendo)… esa presión es la que los lleva a conseguir dinero de cualquier lado irregularmente.
Gonzalo Alexis Luengo Orellana