Fuga de talentos

Hay varios factores que explican el fenómeno de la fuga de talentos en la región, cuyas consecuencias se observan con particular gravedad en las zonas rurales y en aquellas comunas más pobres, donde las oportunidades de crecimiento profesional, de mejorar los ingresos o de acceder a mayor calidad de vida, son muy limitadas.
Pero Chillán y las comunas más urbanas tampoco escapan a este fenómeno, dado el conocido rezago económico de Ñuble, con la tasa de pobreza más alta del país, los salarios más bajos y elevados niveles de desempleo. Dicho panorama no es alentador para los jóvenes egresados de carreras técnicas o profesionales, muchos de los cuales emigran a otras regiones en busca de mejores oportunidades.
Las brechas de competitividad de la región, por ejemplo, en materia de conectividad vial y digital, o en infraestructura de riego, de almacenamiento de agua y de transmisión eléctrica, son factores que inciden en el crecimiento económico. Asimismo, la fuerte dependencia de la economía regional de la producción de commodities forestales y agrícolas, la hace más vulnerable frente a vaivenes de precios, pero esa matriz también incide en la demanda laboral, más asociada a labores de baja calificación.
De esta forma, los esfuerzos por fortalecer el capital humano parecen diluirse cuando se constata que esa masa crítica de talentos que se forma en los establecimientos de educación superior de Ñuble, termina emigrando.
Por eso también son importantes los esfuerzos por fomentar los emprendimientos formales y apuntalar el crecimiento de las empresas locales, por brindar las condiciones de infraestructura necesarias para la instalación de nuevas empresas y por atraer directamente inversiones que demanden mano de obra calificada.
En las oficinas de intermediación laboral de los municipios siempre se escucha hablar de las dificultades que tienen las empresas para llenar ciertas vacantes en el sector de servicios generales, en áreas como la logística, almacenamiento, transporte, alimentación y operación de equipos industriales, entre otros.
En ese contexto, se valoran aquellas iniciativas que buscan articular la demanda y la oferta laboral, identificar brechas de competencias y brindar herramientas de capacitación y certificación. Pero eso no es todo.
Hay cierto consenso respecto de la necesidad de diversificar la matriz productiva de la región, apostando por la agregación de valor en sectores consolidados, como el silvoagropecuario, y por el fortalecimiento de rubros emergentes en el sector servicios, para generar un verdadero impacto en el mercado laboral de Ñuble. Esos objetivos persiguen precisamente algunas iniciativas públicas que merecen destacarse, lideradas por el Gobierno Regional y Corfo, pero, como ya se ha dicho, estos esfuerzos deben responder a una planificación que también permita superar las brechas de competitividad y de calidad de vida.
No puede haber desarrollo si no se cultivan los talentos, pero los talentos necesarios para construir ese desarrollo necesitan oportunidades, y hoy, lamentablemente, Ñuble no reúne las condiciones necesarias para generarlas. La ausencia de políticas macro y de liderazgos locales fuertes a nivel local que sean capaces de empujar iniciativas integrales que logren romper este círculo vicioso, hacen que se vea lejano el día en que los talentos prefieran quedarse.