El Sexto Tribunal Oral en Lo Penal de Santiago sentenció a Francisco Solar a 86 años y a Mónica Caballero a 12 años de presidio por su rol como autor y cómplice de la colocación y activación de artefactos explosivos, respectivamente, por tres atentados registrados en 2019 y 2020 en varias comunas de la capital.
Solar fue declarado culpable por el envío de encomienda explosiva y colocación de artefacto explosivo, homicidio frustrado de carabinero, lesiones graves a carabinero, homicidio frustrado calificado en contra del exministro Rodrigo Hinzpeter y daños calificados a una comisaría.
Por su parte, Caballero fue condenada como cómplice en la colocación y activación de artefacto explosivo.
El fiscal Héctor Barros destacó que durante toda la causa los investigadores “se abocaron a conseguir los medios de prueba necesario para llevar adelante esta causa y sobre todo para obtener los resultados que hemos obtenido hoy de este juicio”.
“Aquí se exhibió prueba científica, prueba testimonial, prueba pericial, toda la prueba que teníamos fue traída y por eso es que la condena es una de las más altas que hay en el sistema de justicia penal por este tipo de delito y también señalar que esto implica que todo el sistema de resolución penal funciona, funcionan los tribunales con esta condena altísima, funciona el Ministerio Público y funcionan las policías, que nos han permitido el día de hoy poder conocer esta pena”, agregó.
Tanto Caballero como Solar se encuentran en prisión preventiva desde 2020, por lo que el tiempo transcurrido se descontará de sus penas efectivas.
Solar remitió una bomba con dinamita a la oficina de Hinzpeter en Quiñenco, en Las Condes, pero fue interceptada por el GOPE de Carabineros, el 25 de julio del 2019. Durante esa misma jornada, y casi en paralelo a la recepción del primer paquete, detonó un artefacto explosivo enviado a la 54º Comisaría de Huechuraba, que provocó lesiones a ocho uniformados.
Finalmente, en febrero del 2020 colocó dos explosivos en el edificio Tánica (ex-Transoceánica), ubicado en la avenida Santa María de Vitacura, acción que -según la inédita confesión del primero- respondió a la “complicidad entre la fuerza represiva y la clase adinerada” que percibió durante el estallido social.
En tal ocasión, pidió colaboración a Caballero para caracterizarse y ella le ayudó con eso y el recorrido, así como en la difusión del ataque de manera anónima.
Ambos quedaron absueltos de los cargos de usurpación de identidad y microtráfico de drogas.