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Las negociaciones entre gobierno y oposición para buscar una salida al bloqueo del Brexit se rompieron el viernes, empujando un poco más hacia la salida a la primera ministra Theresa May, después que su partido la llamase a dimitir a partir de junio.
Las discusiones “han ido tan lejos como era posible”, anunció Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, principal formación de oposición. Y atribuyó su fracaso a “la creciente debilidad e inestabilidad” del ejecutivo.
Entablados a principios de abril, estos contactos tenían como objetivo encontrar un acuerdo sobre el Brexit susceptible de obtener el apoyo de una mayoría del Parlamento, que desde enero rechazó estrepitosamente tres veces el texto firmado en noviembre por la primera ministra con sus 27 socios europeos.
Sin embargo, explicó Corbyn, en las últimas semanas “la posición del gobierno se ha vuelto cada vez más inestable y su autoridad se ha erosionado”, socavando la “confianza” en la “capacidad del ejecutivo para alcanzar un compromiso”.
“Con frecuencia, las propuestas de su equipo negociador han sido públicamente contradichas por declaraciones de otros miembros del gabinete”, denunció.
May, que llegó al poder en 2016 tras la dimisión de David Cameron por la victoria del Brexit en el referéndum, había prometido a los conservadores más euroescépticos que dejaría el poder en cuanto lograse la aprobación del acuerdo cerrado con Bruselas.
Estos consideran que la primera ministra hizo concesiones inaceptables a la Unión Europea durante los dos años de negociación y no quieren que siga a las riendas cuando empiece la segunda, y mucho más importante, parte del Brexit: el acuerdo sobre la futura relación entre ambas partes.