Señor Director:
Un reciente estudio reveló que el 57% de los estudiantes titulados, que son la primera generación de sus familias en ir a una institución de estudios superiores de pregrado, lo hacen en establecimientos técnico-profesionales.
Esta noticia es tremendamente relevante toda vez que revaloriza, en la agenda educacional, la importancia de la formación técnico profesional que se imparte en la educación superior a través de Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, siendo una alternativa accesible económicamente, con una duración de estudios acotada que posibilita la inserción laboral temprana favoreciendo además la continuidad de estudios y especialización a través de las universidades.
En Chile aún no hemos entendido del todo la importancia de la educación técnico profesional, especialmente si consideramos que prepara a los estudiantes para el mundo laboral, satisface la demanda de habilidades técnicas, ofrece oportunidades de empleo y salarios más altos, impulsa el desarrollo económico, brinda flexibilidad laboral y fomenta el espíritu emprendedor.
Si pensamos el país desde las regiones, y no sólo desde Santiago, vemos cómo esta modalidad educativa orienta los talentos y las capacidades de cada territorio a sus propias necesidades productivas y sociales, poniendo al servicio de los territorios herramientas que responden a los desafíos del presente y futuro.
Guillermina Guzmán
Rodrigo Durán