Señor Director:
Por mucho tiempo la formación continua en salud se limitaba a cursos de especialización del área de desempeño de cada profesional. Sin embargo, el confinamiento por el Covid-19 también movió los límites en los postgrados.
Dentro de las limitantes de la formación continua, siempre destacaron el alto costo y la restricción del tiempo, considerando que casi la totalidad de los estudiantes cumple jornadas de trabajo rígidas, incompatibles con la presencialidad. Pero gracias a la pandemia se demostró que podemos mantener la calidad en formato online o semipresencial y optar a precios más accesibles para los estudiantes. De esta manera, la oferta de programas online y semipresenciales aumentó considerablemente.
Por otro lado, Chile es referente latinoamericano en la formación de pregrado en salud y es interesante valorar cómo la pandemia generó la necesidad de más educación a los profesionales del sector en áreas como salud mental, gestión en salud, geriatría y especializaciones en las distintas disciplinas.
Asimismo, es importante tener presentes los desafíos futuros de la salud, y en ese espectro, las enfermedades crónicas no transmisibles, como el cáncer y problemas cardiovasculares, y la formación de salud migrante. mDe este modo, el desarrollo de programas de formación continua de las universidades buscan ser un aporte a la sociedad con profesionales mejor formados y preparados.
Alejandra Pérez
Directora del Diplomado en Gestión de Organizaciones de Salud