Este año el parque automotor de la comuna superó los 62 mil vehículos particulares, dando cuenta de un incremento sostenido que se viene observando hace 20 años. En 2005 circulaban poco más de 19 mil vehículos y en 2015 ya la cifra superaba los 40 mil, mientras que en los 5 años siguientes sumó otros 20 mil automóviles.
El problema es que la vialidad urbana de Chillán no ha cambiado significativamente en las últimas dos décadas, pues salvo algunos proyectos como la avenida O’Higgins y Martín Ruiz de Gamboa, así como pequeñas intervenciones en intersecciones clave, no se han abordado proyectos que permitan modernizar una red vial que ha debido soportar un aumento de la demanda tan potente.
Por eso hemos debido acostumbrarnos al colapso de las pocas vías estructurantes que hay, que de la mano del crecimiento urbano han sido superadas por la congestión vehicular, un problema que lejos de mejorar, continúa agudizándose año tras año.
Actualmente, hay dos proyectos importantes en ejecución, como son las remodelaciones de Avenida Huambalí y de Diagonal Las Termas, en conjunto una inversión de más de $30.000 millones, pero lamentablemente su aporte a la solución del problema de la congestión será marginal. Se requiere intervenir muchas otras arterias, y construir grandes obras de infraestructura, incluidas dos circunvalaciones, para armar una red vial adecuada al parque automotor actual y futuro, pues crece a razón de 5 mil unidades por año.
Y si a todo esto se suma el crecimiento constante de villas y condominios expandiéndose a la periferia de la comuna, sobreexigiendo rutas ya saturadas, el panorama se muestra desalentador para los próximos años.
Por lo mismo –y ante la imposibilidad legal para ninguna entidad gubernamental o municipal de prohibir o limitar la venta de vehículos en ninguna parte de Chile- la opción más viable es mejorar la locomoción colectiva interurbana, para incentivar a las personas a dejar sus autos en la casa.
En la capital regional hay algunos avances y resultados que van marcando una positiva tendencia. De hecho, en la última encuesta que realizó el Ministerio de Transportes, los usuarios del sistema público local le pusieron nota 5,2 en escala de 1 a 7. El hito más reciente fue la incorporación del recaudo electrónico, pero antes hubo otros proyectos modernizadores, como el perímetro de exclusión, que trajo consigo la incorporación de GPS y cámaras de seguridad en los 311 buses de las líneas de Chillán y Chillán Viejo. Además, ahora el Ministerio de Transportes planea la incorporación de vías exclusivas para buses y taxis, tal como tienen Los Ángeles, Talca, Rancagua o Concepción.
Es clave entender que las avenidas no se pueden ensanchar infinitamente y por lo tanto, es fundamental que las medidas también apunten a fomentar el transporte público, como tímidamente se está empezando a hacer en Chillán.
