La empresa chillanvejana Chilerecicla lanzó al mercado la marca FT2Y, una línea de diseño que a través de la innovación busca desarrollar productos para el hogar elaborados con desechos electrónicos que no pueden ser recuperados en Chile.
Francisco Javier Fernández, gerente general de Chilerecicla, explicó que en el proceso de recuperación de desechos electrónicos que desarrolla la planta ubicada en Chillán Viejo, se generan algunos que a simple vista no pueden ser recuperados en Chile.
“Un ejemplo es el procesamiento de los refrigeradores, en la planta se procesan 70 toneladas mensuales, mediante un proceso de triturado que nos permite separar los metales ferrosos que vendemos, de la espuma de poliuretano contenida en el interior del refrigerador, la que no es recuperable, y para desecharla, se debe cargar en camiones para llevarla a destino final, proceso que además de tener un costo alto no nos agrada del todo, ya que apuntamos siempre a la máxima recuperación. Por ello, nuestro equipo de producción liderado por Juan Ortíz, decide trabajar con este material y hacer diferentes pruebas, hasta llegar a un triturado muy fino, casi a nivel de harina, que al ser mezclado con cemento logra una materialidad ideal para el desarrollo de productos de diseño para el hogar, los que pretendemos comercializar en Chile y el mundo mediante la marca FT2Y”.
FT2Y (From trash to you), apunta, según destacó el profesional, al “desarrollo de productos únicos y de diseño exclusivo, fabricados con materias primas recuperadas en la planta de Chillán Viejo, que sean sofisticados y que llamen la atención de las personas, para que logren ser los protagonistas que más destaquen en la decoración y funcionalidad de sus casas”.
El empresario recordó que “el desarrollo de la marca FT2Y se viene trabajando hace algunos años en Chilerecicla, donde se han desarrollado desde prototipos de productos comercializables con desechos de ropa, aluminio y cobre, hasta llegar al resultado de productos de diseño con esta nueva materialidad”.
Chilerecicla se dedica al reciclaje de apartos electrónicos y eléctricos, a través de la recuperación, venta y exportación de materiales generados en dicho proceso, tales como metales ferrosos, metales no ferrosos y circuitos integrados, los que son enviados a fundiciones para la recuperación de metales preciosos, y los plásticos que son vendidos en fábricas en el extranjero para la creación de nuevos productos.
Esta forma de hacer negocios, que da una segunda mirada a cómo fabricar los productos y qué hacer con ellos al final de su vida útil, aporta importantes beneficios ambientales, sociales y económicos, puntualizó Fernández.