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Señor Director:
Este lunes 19 de agosto, el diario que Ud. dirige publicó la carta de un lector que elogiaba la “Fiesta del Camarón” realizada por la Escuela de Quilmo y la Municipalidad de Chillán Viejo.
Lamentablemente, esa encomiástica carta, así como las instituciones que organizan dicho evento, se abstraen del hecho que el camarón de vega es una especie endémica de Ñuble, muy amenazada por su captura indiscriminada. O sea, no piensan en que a niñas y niños se les debe enseñar a proteger a nuestra fauna nativa, no a depredarla. Supongo que ni el DAEM ni el municipio apoyarían la caza de tórtolas o patos silvestres, ni harían que niñas y niños fueran partícipes de esas prácticas.
En segundo lugar, preocupa por toda la crueldad a que es sometido el camarón: se le extrae violentamente desde su hábitat natural, se le mantiene hacinado durante mucho rato, y finalmente se le echa vivo en una olla con agua hirviendo. Los camarones de vega también son “seres sintientes”, por si acaso.
Por todo lo anterior, pido a las autoridades que dejen de apoyar una práctica tan cruel y antiecológica. Y les invito a que trabajen por lograr la protección del camarón de vega -patrimonio natural de Ñuble- con una cuota de captura y veda biológica, así como establecer un proceso de cocción exento de crueldad (que el individuo esté muerto al momento de cocinarlo)
Espero que quienes se encargan de resguardar el interés superior de niñas y niños, como también las personas que deben proteger nuestra biodiversidad, compartan las preocupaciones y propuestas expresadas en mi carta respecto a las “Fiestas del Camarón” que se llevan a cabo en la Región de Ñuble.
Sergio Lastra Guerra