A lo largo de la pandemia, a nivel nacional, Carabineros ha descubierto 229 reuniones masivas no autorizadas, de la cuales 148 corresponden a fiestas clandestinas, lo que ha llevado al Gobierno ha plantear que detenidos por esta causa realicen trabajos voluntarios con personas enfermas con Covid-19.
La región de Ñuble no está ajena a esta realidad. El sábado pasado se realizó una fiesta de matrimonio en Cobquecura, que terminó con cerca de 30 personas detenidas en pleno toque de queda y por incumplir el artículo 318, es decir, por poner en peligro la salud pública al no cumplir con la normas de higiene y sanitarias.
Según el alcalde de la comuna costera, Julio Fuentes, muchos de los asistentes eran de Talcahuano. “Cómo estando toda esa gente en cuarentena en Talcahuano pudo desplazarse a Cobquecura a una fiesta, cuando, en definitiva, estando en cuarentena no podían salir. Nos parece preocupante, porque nos hemos sacrificado mucho con el compromiso de la gente y de la comunidad. No olvidemos que Cobquecura fue una de las últimas cinco comunas del país que nos contagiamos después de los 6 meses prácticamente y que hasta este minutos hemos tenido casos aislados”, enfatizó.
No ha sido el único evento que ha terminado con infracciones, el 11 de diciembre pasado 21 personas fueron detenidas por una fiesta clandestina en el ex recinto turístico Las Encinas, Panamericana norte, donde se inició un sumario sanitario a los involucrados.
Si bien son varias las denuncias que se han presentado a la fecha, pocas terminan en procedimientos. Vecinos han ayudado en el control, alertando a las autoridades sobre este tipo de celebraciones o reuniones que han llegado a través del WhatsApp Alerta, habilitado por la intendencia para guiar la fiscalización con colaboración de la comunidad.
“Hemos tenido varias denuncias de fiestas clandestinas, a través del Fono denuncia, pero hemos pesquisado solamente una este fin de semana en Buchupureo. Ahí 27 personas fueron infraccionadas por el 318. Es la única, lo otro el control es imperfecto, porque a veces nos llaman y cuando concurre Carabineros, Ejército o de la Seremía, las fiesta se acabó y la gente se fue a su casa. Fue imprecisa la información que dieron las personas que denunciaron. A todo esto la medida está funcionando muy bien y la medida está funcionando con el efecto que perseguimos”, sostuvo el jefe de la Defensa, general Cristian Vial.
En ese sentido, el coordinador de Seguridad Pública, Alan Ibáñez, señaló que las fiscalizaciones no se detienen, ya que este tipo de conductas pueden desencadenar nuevos focos de Covid-19.
“Hemos tenido diversas tipo de denuncias como son carreras de perros en Bulnes. Recordemos que tuvimos una fiesta clandestina que se estaba desarrollando en la entrada norte de Chillán. Sin lugar a dudas que vamos a seguir fiscalizando, vamos a seguir con todos los inspectores buscando resguardar la salud de todos los vecinos”, dijo.
“El llamado que siempre hacemos es a seguir protegiendo, a seguir cuidándose y a evitar conductas de riesgo como son las celebraciones innecesarias. Siempre respetar el aforo y las medidas que son exigidas por el Minsal y las instituciones”, recalcó.
Las autoridades han declarado que las fiestas clandestinas son consideradas un atentado para la salud pública del país.
“Tienen mayor riesgo de ser un foco y un brote de contagio, ya lo hemos visto en otras regiones y por lo mismo esperamos , revisamos y volvemos a insistir al llamado, que cada uno de nosotros somos probables vectores del virus así que mientras más gente se reúna es mayor la probabilidad de contagio y de producirse un brote”, dijo la seremi de Salud Marta Bravo.
Texto: Susana Núñez| Radio La Discusión
