Académicos del Departamento de Agroindustrias de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (FIAUdeC) coordinaron tres mesas de trabajo en la región de Ñuble -en Quirihue, Bulnes y San Carlos- con pequeños productores agropecuarios y funcionarios de los municipios, con el objetivo de informar sobre los requisitos para obtener la resolución sanitaria y levantar información sobre las principales dificultades en la agricultura familiar campesina (AFC) para acceder a este permiso, datos que permitirán, posteriormente, implementar un programa de acompañamiento y asesoría.
Las mesas provinciales y sus talleres se realizaron en virtud de la participación de la FIAUdeC en la Comisión Asesora Regional (CAR) de Inocuidad Alimentaria, coordinada por la Seremi de Agricultura con la asesoría de la Agencia Chilena de Calidad e Inocuidad Alimentaria, Achipia, en la que también participan la Universidad del Bío-Bío, la Seremi de Salud, el SAG, productores y otras instituciones.
En esa instancia, la FIAUdeC está a cargo de uno de los tres temas priorizados: el apoyo a la AFC en la obtención de la resolución sanitaria para salas de proceso. “Es ahí donde la inocuidad, la trazabilidad y la seguridad alimentaria tienen un rol fundamental en una región principalmente agrícola”, enfatizó Karla Del Río, asistente de investigación de la FIAUdeC.
Rezago sanitario
La resolución sanitaria es entregada por la Seremi de Salud y autoriza el funcionamiento de todas las instalaciones que producen, elaboran, preservan, envasan, almacenan, distribuyen y/o expenden alimentos. Para obtenerla, se deben cumplir estrictos estándares de inocuidad.
Sin embargo, por factores como las dificultades de acceso a agua potable y alcantarillado, construcciones irregulares, desconocimiento, falta de recursos y excesiva burocracia, existe un amplio segmento de la AFC en Ñuble que no cuenta con resolución sanitaria, aseguró Karla Del Río, “pese a que son muchos los productores que aspiran a tenerla, por ejemplo, para el procesamiento y envasado de productos como hortalizas frescas, miel, hierbas medicinales, mermeladas, conservas, deshidratados, etc.”
“En Ñuble, donde tenemos la tasa de ruralidad más alta del país, el porcentaje de la población que no tiene acceso a servicios sanitarios es mucho más elevada, y ésa es la valla más grande que enfrentan para formalizar su actividad. Hay muchos que se abastecen de agua a través de pozos y de camiones aljibe”, explicó el Dr. Juan Antonio Cañumir, académico de la FIAUdeC y coordinador de las mesas, quien reconoció que los bajos ingresos -Ñuble exhibe la tasa de pobreza más alta del país- también son un factor importante.
Aneska Angermayer, productora de San Carlos y usuaria de Indap, planteó que las exigencias de la autoridad sanitaria son numerosas y subrayó que requieren un desembolso no menor de recursos.
“La mayoría no tenemos idea qué hacer, vamos de una oficina a otra, por eso se valoran instancias como ésta, para que vean dónde están los problemas, cuáles son nuestras necesidades”, manifestó la emprendedora.
Enfatizó que “en los sectores rurales, las familias tienen problemas de agua y fosas, otro tema es la infraestructura, porque se piden hartos requisitos y no toda la gente tiene cómo hacerlo. Muchas veces tienen la mejor iniciativa, pero falta la plata. Por ejemplo, el análisis de agua que se exige es carísimo, y la mayoría, con suerte, tiene para llegar a fin de mes”.
Angermayer comentó que “se requiere ayuda, se necesita un acompañamiento, que nos guíen en todos los pasos para obtener la resolución sanitaria. Hace unas semanas fui a Chillán a preguntar qué se necesita para salas de envasado y de cosecha, y son muchísimas cosas, entonces, ¿qué ocurre? La gente puede tener la mejor intención, pero cuesta tan caro hacerlo, que muchas veces se saltan todos esos pasos, porque faltan los recursos y falta la orientación”.
Proyecto regional
La emprendedora participó en el tercer taller del ciclo, realizado en la biblioteca municipal de San Carlos, actividad a la que también concurrió el alcalde, Gastón Suazo; la decana de la FIAUdeC, Dra. María Eugenia González; y la profesional de apoyo de la Seremi de Agricultura de Ñuble, Catherine Lever.
“Estos tres talleres los hemos tomado como una herramienta para poder recopilar la información, desde la fuente directa, los propios usuarios y quienes trabajan en los municipios, de manera de saber efectivamente qué es lo que se necesita para poder realizar nuestro plan y que sea pertinente a la realidad de la región”, aseguró Lever.
La profesional de la Seremi de Agricultura precisó que “estamos partiendo con este plan y la idea es que podamos desarrollar iniciativas, recién presentamos un proyecto al FIC del Gobierno Regional de Ñuble, así es que estamos esperando una buena noticia para contar con recursos para seguir adelante”.
Se trata del “Programa de transferencia y gestión en inocuidad para la agricultura familiar campesina de la región”, postulado en conjunto por la UBB y la UdeC al Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Ñuble.