Señor Director:
Los matinales televisivos están contribuyendo con desgraciada eficiencia a la perversión de la política chilena. Políticos faranduleros buscan conquistar apoyos al precio que sea. Los excesos vienen de hace tiempo, pero como dijo Einstein, solo hay dos cosas infinitas en el mundo: el universo y la estupidez humana.
A esta última infinitud pertenece la puesta en pantalla, en el marco de las Fiestas Patrias, de una pantomima absolutamente ridícula: dos políticos se disfrazaron de próceres de la Independencia para convertir en chacota algo muy serio: la necesidad de dialogar con respeto por el bien de la república. Para no creerlo, máxime, cuando uno de ellos se cree con estatura intelectual para gobernar en el país. Los señores no se miden.
Cabe preguntarse cuánta responsabilidad tienen los ejecutivos de eso canales y sus propios dueños, en esta virtual falta de respeto a la inteligencia mínima de los chilenos.
El numerito ilustra bien la mediocridad de muchos políticos y del abuso de la libertad que hacen empresas que convierten en negocio estas expresiones de la infinita estupidez humana.
Alejandro Witker
Historiador