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Familias de Ñuble ya sueñan con el futuro centro regional de la Teletón

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Emocionadas se encuentran las familias ñublensinas de cara al futuro centro de rehabilitación Teletón que comenzó su construcción en Chillán, este jueves recién pasado, en la avenida Argentina, con la colocación de la primera piedra en presencia del Presidente Gabriel Boric, marcando así el inicio un sueño de quienes por años han recorrido más de 100 kilómetros para asistir junto a sus hijos a sus terapias en las regiones vecinas de Biobío o Maule.

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El proyecto, financiado por el Gobierno Regional y ejecutado por el Ministerio de Obras Públicas en terrenos donados por la municipalidad, será un edificio de dos plantas: un nivel subterráneo y el primer piso, que abarcará un total de 3.658 metros cuadrados. La construcción incluirá un centro asistencial con piscina, dos gimnasios de terapia, áreas de servicios para el personal, espacios de apoyo, una multicancha y estacionamientos.

Si todo marcha acorde al cronograma, sin contratiempos, las obras estarían finalizadas en julio del 2026.

Se estima que el nuevo recinto de la Teletón beneficiará a 834 niños en la región, entre ellos, están Ema, Martín y Génessis, usuarios de comunas alejadas de los centros urbanos, quienes esperan con ansias acceder a las terapias en su propio territorio, sin necesidad de desplazarse largos trayectos, que demanden un costo económico mayor para el bolsillo de sus familias, además del desgaste físico que implican los viajes.

Ocho horas de viaje

Esa es la realidad que vive Martín Ortega Chandía, quien habita en el sector de La Vega en San Fabián. Tiene 10 años y es alumno de cuarto básico del Liceo Bicentenario Jorge Alessandri. Desde los 9 meses de edad, asiste a Teletón en San Pedro de La Paz, a raíz de una tetraplejía espástica, que no le permite caminar. Sin embargo, a pesar de condición es arquero de fútbol y handball, deportes que practica hincado. Además, brilla en el podio de los mejores promedios de su curso.

Junto a su madre, Sara Chandía, han recorrido largas distancias para acudir al centro de rehabilitación de región de Biobío, dejando entrever los sacrificios que implican para las familias asistir a las terapias en el presente, ya al inicio debía tomar una locomoción desde San Fabián hasta San Carlos y desde ahí hasta Chillán para trasladarse al terminal de buses de Concepción y luego a San Pedro, solo ese trayecto se extendía desde las 7.30 hasta el mediodía. Afortunadamente, hoy los tiempos se han acortado en alguna medida y los gastos también, ya que cuentan con el traslado municipal que beneficia también a otras familias de la comuna. Por esta razón, les ilusiona la instalación de la institución en Chillán al facilitarse el acceso para quienes pertenecen a comunas más rurales.

“Hay que considerar el cansancio con el que llegan los niños al centro. Hay personas que vienen de muy lejos y los niños no hacen nada, porque para llegar a Concepción, van de bus en bus. Entonces llegan cansados, enojados, adoloridos y con hambre, porque llegan muy justo a las terapias, no alcanzan a comer. Y son tantos los niños, los horarios son muy fijos. Entonces, el futuro centro, al acortar los tiempos, va ser maravilloso. De San Fabián a Chillán, estamos muy cerca, ya no va ser un día entero de viaje. El niño va llegar con buena disponibilidad a hacer sus terapias, vamos a volver más temprano a nuestras casas y el costo económico va disminuir, porque Chillán es más barato. Además, me imagino que las terapias podrán ser más seguidas. Los niños de Concepción van casi todos los días. En cambio, hoy yo no puedo hacer eso, porque uno vive lejos”, expone.

Martín es el menor de los tres hijos de Sara Chandía, quien destaca los avances que ha alcanzado tanto en el plano físico como psicológico.

“Al final, es un progreso para mi también, porque uno aprende a vivir con la discapacidad. Creo que somos las personas quienes hacemos más grave la discapacidad de lo que es realidad. En Teletón uno aprende, el niño te ayuda. Aprendimos a vivir con la discapacidad. Martín avanzó en postura, en escritura y él también aprendió a aceptarse y le ayudó a adaptarse en su colegio. Entró a los cuatro años sin problemas, gracias a una preparación previa de Teletón. Por ejemplo; le enseñaron a tomar el lápiz”, valora.

No ha sido fácil el camino de Martín, ya que ha tenido que sortear obstáculos para mejorar su calidad de vida. La operación de su brazo izquierdo es la primera en concretarse de otras que se proyectan en el futuro, para que pueda alcanzar autonomía.

“Porque tenía sus tendones tan recogidos que su manito se fue hacia adentro. Lo trasladamos a una clínica en Las Condes, a través de Teletón, sin costo por un convenio. Le operaron su brazo y fue un éxito. Ahora estamos a la espera de la intervención de su otra manito y luego de sus piernas, para lograr que pueda levantarse con muletas, para ir, por ejemplo, al baño solo. Estamos muy esperanzados con este proceso”, detalla su madre.

Atenciones concentradas en un día

Ema Chandía Valdebenito tiene 7 años y vive en San Ignacio junto a sus padres y su hermana de ocho meses. Tras nacer sufrió una meningitis streptococcus que la dejó en estado crítico en el hospital de Chillán y con pronósticos médicos poco alentadores, que hablaban de un supuesto estado vegetativo. Sin embargo, logró revertir su situación, quedando con una parálisis cerebral que se manifiesta en su lado derecho, lo que dificulta su desplazamiento al caminar, debido a que su pie es equinovaro. No obstante, usa una bota especial para mejorar su marcha.

Desde los ocho meses asiste a Teletón a sus terapias junto a sus padres, quienes han constatado los progresos que ha presentado en su rehabilitación, desterrando la posibilidad de quedar recluida en una silla de ruedas.

“Los médicos nos dijeron que no iba a caminar y que probablemente tendría que estar en silla de ruedas. El trabajo que hemos hecho con Teletón le ha permitido caminar. Sin embargo, se le nota un poquito su problema en el pie, lo que le afecta porque no puede jugar como los niños de su edad, se cae. Pero ha avanzado bastante. (…) La Teletón nos ha hecho muy bien, para poder aceptar la situación, porque después de tener niña que era normal y a los pocos meses de nacer haya pasado por esto, nos sentíamos mal, pero ahora estamos mejor no solo en Teletón, sino también en el centro de equinoterapia de San Ignacio, así que nos ha servido mucho”, valora Gabriel Chandía, papá de Ema.

Sus padres trasladan a Ema en vehículo particular desde el sector urbano de San Ignacio hasta el centro de San Pedro de la Paz, en un viaje de dos horas, que implica gastos que impactan en el presupuesto familiar, pero que se justifican por la evolución positiva que ha experimentado.

“Nos programamos con mi señora para poder pedir permiso en los trabajos para ir a Teletón, lo que significa perder un día completo laboral, porque aprovechamos todo el día para hacer las terapias de Ema. Hay gente que vive más cerca y puede ir varias veces al mes, pero nosotros tratamos de que todas las horas para nuestra hija se concentren en un solo día. (…) Pedimos días administrativos y vacaciones para ir a Teletón. Para nosotros ya no es un sacrificio, porque entre más rehabilitada esté Ema, mejor para nosotros. Es por un bien mayor”, admite Gabriel, quien trabaja hace 25 años como conductor en Radio Motiva.

Para la familia es alentador reconocer que la región tendrá su propio centro Teletón, ya que favorecerá en varios aspectos a las familias.

“Ir de San Ignacio a Chillán a una terapia es media hora en vehículo. Es menos gasto, en términos de energía. Ya no sería un día completo en Teletón, sino mediodía. Además, el costo económico será menor, porque ahora para ir a Concepción tienes que ir con plata para bencina, peaje y comida. Son como 80 mil pesos al día los que se gastan y para nosotros es importante, sobretodo antes, ahora son menos los viajes, pero antes era complejo, había que pedir préstamo. Gracias a Dios el proyecto de Teletón en Chillán nos va facilitar”, subraya.

Temprano despertar

Nació a las 29 semanas de gestación y es la menor de tres hermanas de la familia Soto Díaz en la comuna de Pinto. Se trata de Génessis, de dos años, quien a partir de febrero de este año comenzó a solicitar apoyo de la Teletón en la región de Biobío. Padece el síndrome de regresión caudal, que impide que pueda caminar. Sin embargo, esta condición no ha mermado sus intentos para superarse, arrastrando su cuerpo con la fuerza de sus brazos.

Ese avance ha sido posible por la ayuda de los profesionales que trabajan en la institución. Su madre, Yessenia Díaz, enfatiza el antes y después de su hija gracias a la rehabilitación.

“Le faltan dos vértebras en su columna, no tiene movilidad hacia abajo, pero cuando empezamos a ir a la Teletón, se pudo sentar solita. Antes nos dijeron que no iba poder por sus deficiencias en sus huesitos. Además, su pie lo tiene dobladito y estamos a la espera para un tratamiento y que tenga más calidad de vida. Ella se arrastra con sus manos para buscar algo. Antes el fisiatra la tenía que impulsar para que empezara a gatear y ahora es muy diferente. Está más independiente”, valora.

Para asistir hasta la sede de la Teletón, ambas se trasladan muy temprano en el vehículo que dispone la municipalidad de Pinto para las familias beneficiadas.

“Como va más gente a Teletón desde Pinto, a veces me tengo que ir más temprano, porque aunque tenga hora a las 11, hay otra familia que tiene hora a las 8. Génesis llega agotada a la casa, porque se concentran muchas atenciones en el mismo día, entonces, aprovechar de sacar la mayor energía que tienen para que avance más”, detalla.

Yessenia aplaude la creación del próximo centro en la capital regional por facilitar el acceso a las familias, en especial, de aquellas pertenecientes a lugares apartados.

“Lloré cuando vi la noticia, porque ya no será tanto el sacrificio de levantarse tan temprano con mi hija con lluvia y estar todo día allá. La realidad de llevar un pancito para comer. Estando acá el centro, voy a tomar un bus y me voy a dejar en Chillán. Me alegré mucho, porque será más cómodo para nosotros. Los niños no van a llegar tan cansados y va ser más cómodo para ambas, porque no voy a ir sola. Me podrá a futuro acompañar mi mamá o mi esposo, entonces, igual voy a tener más apoyo”, reconoce.

De cara al futuro, esta madre pinteña, aspira a que su hija pueda alcanzar su máximo potencial.

“Nuestras expectativas es que Génessis se pueda levantar con un carrito. Los profesionales me dijeron que era factible una vez operada de sus dificultades que tiene en sus piernas, porque sus pies en este momento están dobladitos. Tiene que tener como mínimo 3 a 4 años para operarse, cuando sus huesitos tengan un poco más de fuerza. El fisiatra me dijo también que podía existir la posibilidad de poner vértebras de platino en su columbra. Me gustaría que progrese, porque como uno no tiene la vida comprada, quiero dejarla bien e independiente”, anhela.

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