Angustia vive la familia de un joven ñublensino, quien desde el 17 de marzo de encuentra hospitalizado por Covid-19 en la Unidad de Cuidados Intensivos del complejo asistencial.
Se trata de Ricardo Patricio Orellana Cáceres, de 34 años, quien lucha por sobrevivir en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se encuentra conectado a ventilación mecánica.
Su caso refleja el estado actual de la pandemia del coronavirus en la región de Ñuble, donde los jóvenes pasaron a engrosar las cifras de los hospitalizados, con un promedio de edad de 59 años.
Ricardo es conductor de buses y padre de tres hijos, de 6, 8 y 12 años, quien vive en el sector poniente de Chillán junto a su esposa quien también se encuentra contagiada. Ella ha evolucionado de manera estable tras recibir el tratamiento en su domicilio, sin embargo, diferente es la realidad de Ricardo, quien ha presentado altos y bajos durante su estadía en la UCI.
Así lo relata su hermano Carlos Orellana, quien cuenta que Ricardo fue notificado con la enfermedad la segunda semana de marzo, tras realizarse dos test PCR. “Estaba en sus días libres cuando comenzó a sentirse mal y tras ser confirmado como caso positivo, comenzó a empeorar su estado con mucha fiebre, dolor de cabeza y tórax, además de dificultad para respirar por lo que solicitó ayuda”, recuerda.
En medio del dolor y la incertidumbre, la familia mantiene la esperanza en la recuperación de Ricardo, quien se mantiene estable, pero aún en condición grave.
“Está intubado y en un momento despertó desorientado en la UCI, se sacó los tubos, y los médicos indicaron que él podía seguir solo con apoyo de oxígeno, lo cual duró solo una noche. Al ver que se cuerpo aún no estaba preparado para eso, lo tuvieron que volver al intubar”, detalla.
Carlos manifiesta que no solo confía en la ciencia, sino también en el poder de la fe, por lo que pide apoyo en la oración, para que su hermano pueda reencontrase nuevamente con sus seres queridos.
“Los médicos dicen que hay que tener mucha paciencia, porque no es un proceso rápido. Pedimos a todos quienes son creyentes que se sumen a las cadenas de oración. Eso nos da la esperanza para que pueda salir adelante y que pueda terminar este proceso que ha sido muy difícil”, expresa.
En circunstancias que la pandemia continúa en plena expansión, el joven transmite un mensaje aquellas personas que aún desconfían del virus, cuya naturaleza es errática. “Les diría que es real, no es una mentira, lo estamos viviendo de forma muy cercana por nuestro hermano que es joven y lamentablemente hoy está en esas condiciones. No tiene ninguna enfermedad preexistente, al menos que yo sepa”, manifiesta.