Con el agotamiento de la desazón reflejado en su voz, Scarlett Cabrera, recuerda que en este mes de julio ya se completa un año desde que su padre fue asesinado a disparos por dos personas que bajaron de un auto en el acceso de su condominio. Tras acudir a medio vestir al llamado de la puerta, Manuel Cabrera Placencia recibió cinco impactos en el pecho y su cuerpo quedó en medio de su recibidor.
“Lamentablemente, la respuesta que siempre nos dan de la Fiscalía o de la Policía es siempre la misma, desde que comenzó la investigación. Nos dicen que aún faltan pruebas, que se están haciendo diligencias pero que no nos pueden decir nada. Al menos, nosotros acá ya no hemos visto que sigan viniendo ni sigan tomando declaraciones y el temor que tenemos como familia es que esto se cierre sin culpables ni sin saber por qué mataron a mi papá”, comentó.
El asesinato de Manuel Cabrera despertó el apoyo de diversos vecinos y amigos de la familia quienes incluso se han manifestado realizando marchas y exigiendo de manera grupal y en espacios públicos que se haga justicia.
Sin embargo, las vistosas pancartas y las publicaciones en redes sociales también les ha significado leer y oír comentarios que hoy Scarlett intenta despejar.
“La verdad es que ya he escuchado de todo y principalmente que esto sería un ajuste de cuentas o que mi papá andaba metido en cosas de drogas y eso no es cierto, todos los que lo conocen saben que era una persona que iba del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, no se metía en problemas y menos andaba en cosas de drogas”, aclara.
“A veces es la más obvia”
Siempre en el plano de las teorías, la tesis que más sentido le hace a Scarlett y sus hermanos es que “mi papá una vez discutió con un taxista por una mujer. Entonces, las imágenes que hay son esas que captaron las cámaras de la villa y que muestran que estas dos personas se bajan de un auto y vuelven a subirse después de disparar. O sea eran tres y no dos, y para peor hay personas que nos han contado muchas cosas sobre ese taxista, que ahora dicen que se fue de Coelemu, que lo han visto en otras ciudades, es decir, se esfumó”.
Con el cambio de jefaturas que el Ministerio Público Regional realizó en casi todo Ñuble, el caso que comenzó a ser investigado por la fiscal Cecilia González hoy está en manos del nuevo fiscal jefe de Quirihue, Eduardo Planck, quien ya se reunió con los parientes de la víctima.
“Dicen que faltan algunas cosas, que ellos ya tienen una idea y un sospechoso. Pero a veces las teorías más obvias son las verdaderas y lo que sí le digo es que tenemos miedo, porque si estas personas fueron capaces de matar a mi papá por algo tan insignificante, capaz que ahora se sientan amenazados y nos traten de intimidar”, explica y añade que “Hoy Coelemu y todo Ñuble ya no es lo mismo que antes. Antes estos homicidios no eran comunes pero parece que todavía no nos damos cuenta que la violencia aumentó mucho y así como mataron a mi papá, le puede pasar a cualquiera”.
Sigue en el misterio
Otro caso que enteró un año sin respuestas es el de la muerte de la ciudadana colombiana, Gladys Ardila, quien el 9 de julio del 2020 fue encontrada sin vida en el lecho del canal de La Luz, en la población Santa Elvira.
La mujer, quien había ingresado con un niño de tres años al país, luego formó familia con un conductor de Uber chileno, con quien se estableció en Coihueco y tuvieron otro hijo.
Para su pareja ha sido desconcertante que hasta la fecha la causa de muerte siga siendo “indeterminada”.
Desde la Fiscalía explicaron que los resultados de los últimos peritajes (toxicológicos) forzaron la urgencia de solicitar otros.
Por este motivo, el caso sigue en máxima reserva, aunque ya se confirmó que se le da trató de homicidio.