Falta de infraestructura energética atenta contra plan de buses eléctricos en Ñuble

Un diagnóstico elaborado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) determinó que la principal barrera para avanzar en electromovilidad en la Región de Ñuble no es la falta de conocimiento o disposición, sino las limitaciones en infraestructura eléctrica.
Así lo reveló el proyecto FIC-R “Plan de acción para la adopción de electromovilidad en Ñuble”, financiado por el Gobierno Regional de Ñuble y ejecutado por la UCSC, el cual durante el último año ha trabajado en identificar brechas, generar instancias de formación y entregar información técnica a actores públicos y privados del territorio.
El estudio apunta a que la precariedad de las redes de distribución eléctrica actuales impide proyectar, por ejemplo, un recambio de la flota de buses del transporte público hacia vehículos eléctricos.
“El proyecto FIC ha propiciado instancias para compartir experiencias y también para el levantamiento de brechas”, explicó el Dr. Eduardo Espinosa, director de la iniciativa.
Añadió que, si bien en un inicio se pensaba que la principal dificultad podía estar en el desconocimiento sobre la tecnología, los resultados muestran que el problema es más estructural.
“El problema de instalar buses eléctricos en Ñuble es la precaria situación desde el punto de vista energético. Las redes eléctricas actuales no están preparadas para absorber ni el 30% del recambio de la flota de buses”, señaló.
La situación no es exclusiva de Ñuble. El estudio destaca que incluso en regiones con mayor urbanización y desarrollo industrial, como Biobío, la implementación de electromovilidad ha sido limitada. Allí, por ejemplo, se han incorporado solo 16 buses eléctricos en el transporte público, lo que refleja la magnitud del desafío a nivel nacional.
El caso de los taxis
El informe también abordó el caso de los taxis eléctricos, donde el panorama es distinto. Debido a que estos vehículos pueden ser cargados directamente en los domicilios de los conductores, no requieren la misma inversión en infraestructura que el transporte mayor.
Sin embargo, el principal problema en este segmento es la falta de información técnica y el desconocimiento de los mecanismos de apoyo disponibles.
“Aquí el proyecto FIC puede ser un puente para traspasar experiencias y vincular a los taxistas con la Agencia de Sostenibilidad Energética”, indicó el Dr. Espinosa, destacando el rol que puede cumplir esta plataforma para acercar a los conductores a programas de formación, financiamiento y acompañamiento técnico.
El estudio concluye que para que Ñuble pueda avanzar decididamente en electromovilidad es fundamental priorizar inversiones en obras de transmisión y distribución eléctrica.
“Electrificar un proceso que es altamente consumidor de combustibles fósiles requiere de una infraestructura de carga robusta y adecuada a las características de la región”, puntualizó el académico.
Entre las acciones desarrolladas por el proyecto, destaca la organización de la primera feria regional de electromovilidad en agosto de 2024, realizada en el Centro de Eventos de Copelec con la participación de más de 150 asistentes y representantes de empresas tecnológicas, universidades y organismos públicos.
A ello se sumó, en noviembre del mismo año, un workshop donde se reunieron distintos actores para identificar barreras concretas como la falta de capital humano especializado, escasos incentivos económicos y deficiencias técnicas.