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Señor Director:
“Chi-chi-chi, le-le-le, Ñublense de Chillán…” Qué lejana esa arenga, en otros tiempos los hinchas disfrutábamos a Ñublense y en mi breve paso por cadetes, décadas atrás, se notaba, se entrenaba en el estadio a puertas abiertas, las puertas del estadio se abrían en el entretiempo.
Como secretario ejecutivo de una ONG que estamos iniciando un trabajo con personas con problemas de adicción y considerando el deporte como factor protector es que solicitamos a Ñublense algunas invitaciones para el último partido de local en Chillán,
lamentablemente, por decir lo menos, ni siquiera tuvieron la deferencia de contestar nuestros correos, una verdadera falta de respeto, falta de empatía hacia la comunidad ñublensina, solo les
interesó subir el precio de las entradas para sus arcas.
Muy lamentable y penosa la labor de la administración del club. “Chi- chi-chi, le-le-le, Ñublense ya no es de Chillán…”
Gabriel Bravo Saldías