La Organización Mundial de la Salud puso a Chile como ejemplo de la paradoja que comienza darse en muchos países, donde los avances en las vacunaciones contra el covid-19 contrastan con cifras récord de contagios, que tienen al borde del colapso a los sistemas hospitalarios.
La alta ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos también se está dando en Argentina, Paragua, Perú y Uruguay, que hasta hace poco se encontraba en una situación privilegiada con respecto al contagio, sin embargo, ahora reporta una de las mayores tasas de nuevos casos en América Latina.
“Tras la distribución de vacunas hay quienes dejan de cumplir medidas tales como el distanciamiento físico, la higiene de manos, la ventilación o el evitar lugares concurridos, y todo eso tiene que continuar junto a la vacunación”, alertó en rueda de prensa la responsable de la unidad técnica anticovid de la OMS, Maria Van Kerkhove.
Agregó que aunque podría esperarse que con la vacunación bajara el número de casos, en realidad es solo una de las herramientas para frenar los contagios.
De las pocas cosas que sabemos con certeza acerca del covid-19 es que cuando nos relajamos con el cuidado, retorna con mayor fuerza. No solo para recordarnos que todavía está aquí, sino también para enfrentarnos a nuestra vulnerable humanidad y al sufrimiento con devastadoras pérdidas.
La experiencia en el mundo, durante este año de pandemia, ha evidenciado que acatar de manera responsable las medidas de bioseguridad es la forma más efectiva de disminuir los casos de contagio. Ante la crítica situación que viven distintas regiones del país, no podemos darle tregua al virus para que tome ventaja.
Eliminar la falsa percepción de seguridad generada por el inicio del proceso de vacunación es un reto contra reloj en nuestro país. La llegada de la Semana Santa, en medio de la crisis, nos presenta un panorama angustiante que podría desembocar en el colapso de la red hospitalaria. Situación que hay que evitar a toda costa.
La experiencia internacional del rebrote debe servirnos para adelantarnos e impedir un repunte de la pandemia. Todavía falta mucho tiempo para que se logre la inmunidad de rebaño por la vacunación en el país, que se obtiene al alcanzar 80% de inmunizados, mientras tanto es vital que extrememos las medidas de autocuidado.
La adopción de esta cuarta cuarentena obligatoria es justificada ante la necesidad de reducir el ritmo de propagación del Covid-19 -más desatado que nunca desde el inicio de la pandemia, superando los mil casos activos- y aplanar la curva de contagios para impedir el colapso de la red hospitalaria regional, donde apenas quedan cinco camas para pacientes críticos.
Uno de los mayores enemigos que tenemos es la confianza. Debemos seguir en guardia para ganar esta batalla, atendiendo las medidas y recomendaciones que se han establecido. El anhelo que tenemos de regresar a nuestra vida normal no puede ser es una excusa para justificar la falta de responsabilidad, autocuidado y compromiso.
