Con preocupación reaccionaron los productores frutícolas de la región de Ñuble luego que la empresa curicana Copefrut, una de las principales exportadoras del país, anunció, a través de una comunicación interna a sus colaboradores, que la temporada 2023-24 será la última en la que recibirán arándanos.
En el documento firmado por su gerente general, Andrés Fuenzalida, se indica que “el escenario que enfrenta la industria chilena de exportación de arándanos se ha vuelto cada vez más difícil debido a la competencia de otros orígenes y a la reducción de la ventana comercial del Hemisferio Sur”, en alusión al explosivo crecimiento de la producción por parte de Perú, copando los mercados de destino con fruta en la misma época de la cosecha en Chile.
Según el comunicado, “luego de un profundo análisis de la competitividad de esta especie y a modo de ser responsables con los resultados a largo plazo de nuestros productores, hemos tomado la difícil decisión de finalizar la exportación de arándanos a partir de la temporada 2023-24”, una medida que “se condice con nuestro plan estratégico de concentrar nuestro trabajo en aquellas especies en que tenemos ventajas competitivas”.
Según estadísticas del SAG y Asoex, Ñuble y Biobío concentran el 35% de los envíos de arándanos del país, y en el caso de Ñuble, los arándanos son la principal fruta fresca de exportación.
Álvaro Gatica, vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, expresó su preocupación por la decisión de Copefrut, pero principalmente, por el escenario comercial internacional para los productores de arándanos.
“En los próximos días vamos a formar una mesa con productores para tratar este tema, ya que está muy difícil el panorama para los arándanos”, expresó el dirigente y fruticultor, quien ha manifestado anteriormente la necesidad de avanzar en el recambio varietal para competir con calidad y mejorar los niveles de eficiencia.