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Señor Director:
Se estima que 6.000 menores de edad en Chile son víctimas de explotación sexual, una situación absolutamente inaceptable que exige medidas concretas de manera inmediata. Las alarmantes cifras, reveladas en una reciente reunión de la Comisión de Familia, Infancia y Adolescencia del Senado, también muestran un aumento del 100% de este delito en algunas regiones del país. Esto evidencia claramente que las acciones actuales son insuficientes y exponen una gran deuda de nuestra sociedad en la protección de la infancia.
Es imperioso que enfrentemos esta problemática con un enfoque preventivo y colaborativo. Contamos con las herramientas necesarias para implementar medidas que realmente marquen la diferencia en la lucha contra esta grave vulneración. Una de estas propuestas es la creación de un sistema similar a la Alerta AMBER, utilizado en países como Estados Unidos, que permite la difusión rápida de información cuando un niño desaparece o es secuestrado, facilitando su pronta localización.
Adicionalmente, es fundamental que todas las personas que trabajan en sectores que implican contacto directo con la infancia, como la educación, salud, transporte o turismo, reciban capacitación para detectar tempranamente los signos de abuso. Cada individuo, en su rol, tiene el poder de ser parte de la solución, reconociendo conductas sospechosas y actuando de manera oportuna. A esto debe sumarse un protocolo obligatorio en aeropuertos, terminales de buses y hoteles, que verifique la relación entre los niños y los adultos con los que viajan, previniendo así el traslado de posibles víctimas.
La lucha contra la explotación sexual infantil requiere acciones coordinadas, voluntad política y recursos. Cada una de estas propuestas —y muchas otras— tiene el potencial de salvar vidas y proteger a miles de niños de esta pesadilla.
Es el momento de actuar. No podemos seguir ignorando esta realidad ni postergar la protección de nuestra infancia. La prevención debe ser una prioridad en la agenda nacional, y todos los sectores debemos unirnos para garantizar que ningún niño, niña o adolescente vuelva a ser abusado o explotado.
Lucy Ana Avilés H.