El exministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo a la prensa el pasado domingo 14 de febrero, que las cuarentenas totales “ya no sirven”, que “no tienen ningún beneficio sanitario” y que además, “son contraproducentes para la salud”.
Mañalich, quien ya abiertamente abrazó esta postura que comenzó a fines del 2020 en los países del norte de Europa, dijo en una entrevista al diario La Tercera, que “la Fase 1, que es el confinamiento absoluto, es algo que ya no sirve. Es una medida de coerción y de pérdida de derechos de las personas de una magnitud que no puede seguir durando y tiene muchos efectos adversos”.
Respecto de las consecuencias que pueden ocasionar, en especial a la salud mental, añadió al mismo medio que el “que una persona no pueda salir a caminar en una plaza, con mascarilla, que un niño no pueda jugar, que la gente no pueda andar en bicicleta, eso es contraproducente. Es más, no tiene ningún beneficio sanitario. El confinamiento es algo de lo cual hay que alejarse rápidamente”.
Estas aseveraciones encontraron completo retorno y respaldo en algunos expertos locales, como la doctora e infectóloga, María Luz Endeisa.
“Hay que entender que lo que una puede opinar ahora, no es lo mismo que una pensaba cuando partió la pandemia. Hoy ya sabemos que el virus llegó para quedarse, ya se descartó esa creencia que había al comienzo, que una cuarentena estricta e inicial haría que esto se cortara rápido. Hoy ya sabemos que eso no funciona”.
La infectóloga añade que las cuarentenas prolongadas traen aparejados perjuicios económicos, sociales “y eso lo entendemos porque lo hemos vivido”.
Desde el Colegio Médico de Chillán, el doctor Juan Pedro Andreu añade que “ya hay una publicación muy seria, del mes de diciembre que deja muy claro lo que sirve y lo que no. Acá no hay iluminados opinando, sino que si nos basamos en estudios encontramos que el momento epidemiológico es diferente al del comienzo. Hoy las cuarentenas son un daño a la salud mental y a la economía del país”.
Toque de queda
Mañalich también destacó que hay estudios que demuestran que lo que sirve es el toque de queda y otras restricciones sociales, ya que no es en la locomoción ni en los centros comerciales donde la gente se infecta, sino en las reuniones.
En esta línea, el doctor Andreu añade que ese mismo estudio recomienda que “se mantengan las restricciones para los cines, lugares para quedarse a comer o a tomar dentro de un local. Hay que tener claro que los mismos funcionarios de la salud se han contagiado en cumpleaños y no en los hospitales”.
La doctora Endeisa advirtió que “el autocuidado se relaja, al igual que se relajan los pacientes crónicos con los remedios, se dejan de sentir y mal y abandonan el tratamiento, por eso decaen. La gente le tiene que tener más miedo a los cumpleaños que al mall, donde todos andan con mascarillas”.