En los terrenos del antiguo Hospital San Juan de Dios, en los que se emplazará el nuevo hospital de Chillán, un equipo de 30 arqueólogos, cinco conservadores y 30 maestros realizan excavaciones para encontrar materiales con valor patrimonial. A los 40 centímetros de profundidad encontraron una construcción de ladrillo que podría corresponder a un acueducto del recinto hospitalario fundado en 1791.
“Todos estos hallazgos nos van contado cómo se edificó la ciudad, tenemos una ciudad bajo la ciudad. Chillán se fue construyendo sin considerar las poblaciones que vivían antiguamente, previo a estos trabajos no se sabía que había población indígena en la zona, tampoco tenemos registros concretos sobre la forma en que se construyó el antiguo hospital”, revela Francesca Mengozzi, arqueóloga de la Universidad de Chile a cargo del proyecto de rescate arqueológico, que forma parte de la última fase de la etapa de diseño del nuevo Hospital Regional, y que comenzó el 3 de junio el trabajo en terreno.
Durante el despeje de las ruinas, en las 88 calicatas o unidades de exploración de 2×2 metros, se han encontrado alrededor de 15 mil materiales, gran parte de ellos con carácter patrimonial, como fragmentos de vajillas que pertenecieron a una ocupación doméstica indígena.
“No tenemos adscritos al periodo exacto al que corresponden, pero creemos que pueden ser de época de contacto, en que llegaron los españoles y se asentaron acá, aproximadamente a mediados del siglo XVI. Dado que el área está tan intervenida no nos ha sido posible evaluar la ubicación exacta en que se emplazó”, describe Mengozzi. Y precisa que los materiales que se han generado, corresponden a “dos sectores que son esquinas que podrían estar menos intervenidas por los procesos de remoción de terreno”.
Bajo tierra
El Hospital San Juan de Dios fue afectado por el terremoto de 1939. “Dentro de todos los materiales que hemos registrado, hay muchos restos de construcciones, porque el hospital se derrumbó para el terremoto, y evidentemente quedaron muchos sectores con zonas de escombros, en que encontramos materiales que son diagnósticos de época”, detalla la arqueóloga.
Entre ellos destacan una olla, fragmentos de cerámica y residuos e implementos hospitalarios.
“Las cerámicas son más modernas, pueden ser desde la segunda mitad del siglo XX, asociado a procesos de ocupación del área que son posteriores al derrumbe del Hospital, y a la reutilización de algunos sectores con otros fines, como bodegas. También se almacenó y se utilizó vajilla y otros tipos de desechos domésticos. Encontramos una olla que puede tener 70 años de antigüedad. Si bien es un elemento doméstico nos cuenta cuáles eran los diversos usos y las distintas actividades que se realizaban al interior del hospital. En la zona está todo muy intervenido, hemos encontrado monedas de 1996 a 60 cms. de profundidad mezcladas con material prehispánico. Esta zona ha sufrido procesos de remoción de tierra de materia constante”, analiza.
Mengozzi relata que “tenemos restos de desechos hospitalarios, en una época en que su manejo no estaba muy protocolizado. Encontramos sectores donde al parecer se hicieron excavaciones y se botaron estas botellitas de suero, de medicinas, algunas son muy similares a las que ocupamos actualmente, pero otras son más antiguas, son de color, no transparentes, en esa época el sistema de etiquetado con autoadhesivos no existía, entonces lo que se hacía era diferenciar los líquidos a través de la forma y coloración. Esto también es de finales de siglo XIX, principios de siglo XX”, explica.
Otro hallazgo relevante para el equipo fue la existencia de planos de otras unidades hospitalarias de la región. “Los planos no son muy antiguos, el papel puede ser de los años 80. Fueron descubiertos mientras estábamos haciendo el despeje de rasgos arquitectónicos en el vértice suroeste, pasado estas bodegas teníamos un equipo excavando con maquinaria y con trabajadores también a pala y picota y de repente aparecieron enrollados en medio de la basura. Pensamos que habíamos encontrado los planos del Hospital San Juan de Dios, pero eran los de la Casa Socorro de Pemuco, del Hospital de San Carlos y de Quirihue”, comenta. El plano que existe del antiguo recinto hospitalario fue eleborado a partir de un exfuncionario.
En relación a la existencia de otros materiales, como huesos, la experta asegura que “lo único que encontramos son restos de animales, la mayoría cortados con sierra y que fueron consumidos en actividades alimenticias. No hemos encontrado restos humanos, pero tenemos un equipo con arqueólogos y antropólogos físicos que está siempre muy pendiente por si ocurre algún hallazgo”.
Procedimientos
El rescate arqueológico forma parte de un requerimiento que realiza el Consejo de Monumentos Nacionales para conservar posibles elementos de interés histórico y patrimonial. Antes de iniciar el proceso, un arquitecto realizó un sondeo para determinar cada una de las zonas en que se encontarían los fragmantos, trazado que originó las 88 unidades de exploración repartidas en sectores estratégicos. El equipo fue contratado por la empresa INSO, a cargo de las obras.
Ricardo Sánchez, director (s) del Servicio de Salud de Ñuble (SSÑ), sostuvo que “se estableció un estudio arqueológico que permite trabajar con la tranquilidad y certeza de que estamos resguardando todos aquellos elementos que eventualmente podrían tener un valor patrimonial y que la ciudad cuente con su propia historia”.
Y añadió que “estos trabajos forman parte de la etapa de diseño que está en su última fase de desarrollo. Posterior a esta y una vez aprobada la entrega por parte del equipo técnico del Servicio de Salud, iniciaremos las obras de este emblemático proyecto para la Región de Ñuble, que estimamos comenzarán durante el segundo semestre de este año”.
Valentina Catillo, jefa del equipo de conservadores, explica que “lo que se está haciendo es inventariando todo este material, lo ingresamos a una base de datos donde se registra. En el caso de la cerámica y el vidrio se lavan, y luego se hace un registro fotográfico para que los arqueólogos puedan agregarlo a sus fichas. Se hace una conservación previa, se guarda en bolsas libres de ácido y se deja guardado en la bodega hasta que se termine un museo”. El material será destinado a un museo de la Región de Ñuble que todavía no ha sido determinado.
Rescate arquitectónico
Mengozzi detalla que “tenemos fundaciones que se ven bastante antiguas, que pueden corresponder a la primera etapa de la construcción del Hospital, que a medida que fueron pasando las décadas, fue adquiriendo más fondos y recursos para poder ampliarse. Hay distintos patrones constructivos en el proceso, tenemos bastantes ladrillos antiguos, construcciones que están hechas principalmente de ladrillo y bolones, hasta llegar a lo que son las alas más modernas que son de hormigón, a principios de siglo XX, lo cual coincide con los escritos que dicen que se terminó de construir en 1904”.
Y precisó: “estamos guardando muestras de los distintos tipos de ladrillos con el fin de identificar esta cronología. Los rasgos arquitectónicos que hemos ido identificando también los hemos preservado, se están haciendo registros detallados, y también vamos a contar con el apoyo y la asesoría de arquitectos especialistas en este tema que van a hacer sus propios análisis. El material será relevado a través de planialtimetría donde lo que se hace es un dibujo de planta y profundidades y además, vamos a hacer un trabajo en 3D con un dron, que va a tomar las profundidades, para que estas ruinas del Hospital queden preservadas digitalmente”.