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Tras cinco semanas de estallido social, las manifestaciones no cesan en el país y el clima laboral no está exento de sus efectos.
Por esta razón expertos analizaron su impacto y la manera en que las empresas pueden ayudar a sus trabajadores a manejar esta situación en la población, que ha salido a las calles a defender demandas sociales y a expresar su descontento hacia el manejo de los gobiernos a lo largo de la historia.
Las rutinas laborales no escapan de la repercusión que tiene la movilización, que lleva por consigna “Chile despertó,” debido a la intensa carga emocional que conlleva.
Así lo sostuvo el académico de la Universidad de Concepción, Marcelo Oliva, quien es sicólogo laboral y magíster tanto en Desarrollo organizacional y Recursos Humanos, como en Salud Pública.
“Seguramente todas estas situaciones de descontrol emocional nos hacen ser más defensivos, estar más preocupados del entorno, estar más alertas y efectivamente esa energía que uno dispone para poner a disposición de la organización, en términos internos, para poder llegar a resultados, las estamos gastando y ocupando para defendernos del entorno. Entonces seguramente vamos a estar más sensibles, con las emociones a flor de piel y nuestro rendimiento también puede llegar a decaer”, explicó.
La crisis social puede generar conflictos a nivel interno de las organizaciones, perjudicando así el clima laboral, al contrastar posturas entre sus integrantes que pueden defender o no las movilizaciones. Sin embargo, todo dependerá de las habilidades personales y competencias más duras que tengan las personas, como tolerancia a la frustración, según el análisis del académico.
“Tengo la sensación que hay un fenómeno que se llama mobbing o acoso laboral, creo que estas circunstancias te obligan a tomar decisiones y posturas. Si estamos de acuerdo o no con el estallido, entonces, eso te posiciona en una postura que en ocasiones, pueda llegar a conflictuar con tus compañeros. Hay algunas personas que tiene una forma más directa de exponer sus puntos de vistas, de tratar de imponer y eso puede genera en cierta medida, cierta sensación de acoso. Por ejemplo, te puedo castigar emocionalmente, o llamar la atención en público o hacer triangulaciones de colegas contra otros y ese es fenómeno que se va a estudiar seguramente”, sostuvo.
Si bien el estallido social puede generar tensión en una organización, también se presenta como una oportunidad para generar cambios positivos y mejorar el rendimiento.“Los conflictos a veces son necesarios que ocurran, siempre cuando se tomen los recaudes y se trabajen el conflicto. Cuando se genera una situación por este motivos en un equipo y no se hace nada, puede ser bastante perjudicial. Incluso puede ser positivo porque desarrolla la colaboración y creatividad del equipo de cómo salimos de esta, depende de las habilidades personales, de la parada de la organización y del líder de la jefatura”, destacó.
A juicio del profesional los departamentos de recursos humanos deberían cumplir un rol clave en el marco contingencia y sus repercusiones sobre el personal.
“Esta dinámica que se ha dado en las organizaciones de conversar, juntarse, de hacer contención emocional, de reuniones internas para hacer catarsis es una muy buena práctica. Luego de eso proponer planes de acción para mejorar la calidad de vida de las personas al interior una organización, estoy hablando de procedimientos, cómo ayudamos a los integrantes de equipo que puedan compensar su vida familiar con laboral, por ejemplo, flexibilidad de horarios”,enfatizó.
Aquellas trabajadores que se desempeñan en funciones de atención al público podría ser los más afectados.
“Va ser muy requerido el trabajos de área de recursos humanos, aquí se les va exigir mayor participación en la gestión de las empresas , por lo tanto, las dinámicas de RR.HH, , como pagar el sueldos y temas administrativos, les van a exigir que también trabajen en estos temas estratégicos”, advirtió.
Por su parte, Macarena Dávila, académica de la Escuela de Administración y Negocios de la UdeC, en el área de Gestión de Personal, aseguró que la crisis social que atraviesa el país ha generado estrés laboral, en mayor o menor grado, en los trabajadores.
“Las personas están más estresadas y el nivel de estrés va a depender del tipo de trabajo que se realice y del tipo de rubro en que se trabaje”, señaló.
Los trabajos relacionados con atención al público y los que se requieren exposición física son más vulnerables a presentar mayor nivel de estrés. “Generalmente, si hay un mayor contacto directo con el cliente, con las exigencias, va haber un mayor nivel de estrés. Ciertos lugares físicos que estén más expuestos, que puedan sufrir algún tipo de desmán van a significar un mayor estrés para las personas, mientras, los que no están en lugares de exposición física el estrés es menor, pero no por eso hay menos estrés”, detalló.
La docente en áreas de Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos explicó que en el clima laboral de las empresas y organizaciones influyen agentes internos y externos, como por ejemplo la contingencia nacional. Ambos factores repercuten en el desempeño y la rutina de los trabajadores.
“El nivel de estrés de quien trabaja se empieza a agudizar, es una situación que se llama doble presencia, es algo que lo miden las encuestas de riesgo psicosocial, y tiene que ver con la desconexión respecto a lo que pasa en el trabajo y se está más centrado a lo mejor con lo que pasa en su casa, sus hijos, la familia, si llegara a ocurrir algo y eso aumenta el nivel de estrés”, detalló Dávila.
Señaló que el estrés que pueden estar padeciendo las personas también es provocado por la inseguridad física que significa salir a la calle y encontrarse con manifestaciones, barricadas o cierres de calles. “Son muchos factores los que están influyendo en el nivel de estabilidad de las personas”, dijo.
La académica de la UdeC señaló que para mejorar el clima laboral en el contexto del estallido social, los empleadores deben adoptar medidas que entreguen facilidades y flexibilidades a los trabajadores.
“Tiene que ver con lo práctico y con medidas para dar las facilidades a las personas para que puedan tener flexibilidad horaria, logística y transporte; y en el caso más crítico, que en lo posible dejen que las personas trabajen desde sus casas”, precisó.
Además, precisó que es fundamental crear espacios para que los trabajadores puedan conversar lo que ocurre y cómo les afecta. Los conversatorios se deben realizar en pequeños grupos, máximo 12 personas, y combinar distintos rangos o cargos de la empresa, es decir, no apartar al personal de gerencia de los trabajadores.
“Es un espacio creado especialmente no para las coyunturas o desigualdades porque puede, incluso, generar más individualidad. Se trata más bien de un espacio para pensar lo que nos está pasando a nivel emocional, qué me preocupa, cuáles son mis temores, como vemos en paralelo lo que pasa en nuestra sociedad y lo que está pasando en nuestra organización. Generalmente las instituciones u organizaciones son un reflejo más micro de nuestra sociedad y eso importante para cuidar el clima laboral, dar espacios que no se conviertan solamente en una catarsis, sino en tareas concretas de lo que cada uno puede hacer y aportar, o inclusive de lo que la organización pueda hacer más allá para contener a los trabajadores”, subrayó.
Permisos
Desde la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin), indicaron que desde el 19 de octubre pasado se ha registrado un aumento cercano al 15% de licencias médicas de tipo psiquiátricas.
“Nuestro llamado desde el primer minuto fue a adoptar medidas que permitan cuidar la salud mental, evitando sobreexposición a noticias y redes sociales, informándose exclusivamente por canales oficiales; manteniendo alimentación, higiene de sueño y rutina básica habitual, en la medida de lo posible”, afirmó Marta Bravo, seremi de Salud, quien agregó que además, es relevante estar atento a personas que pudieran requerir ayuda, como personas mayores, en situación de discapacidad, personas con enfermedades crónicas, niños, niñas y sus cuidadores.