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La Intendencia, Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) y la Onemi, decidieron que el polígono del cráter activo del volcán Chillán, ya no incluirá zonas de menor o mayor afectación ante una eventual erupción, sino que ahora todo éste pasa a constituir una zona que representa una alta probabilidad de daño.
El jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin Álvaro Amigo, explicó el estado actual del complejo volcánico tras la seguidilla de explosiones en las últimas semanas.
“Nuestra interpretación es que hay una inyección de nuevo material de magma en el complejo volcánico, probablemente a unos cuatro o tres kilómetros de profundidad bajo el cráter. Esta inyección de nuevo material se ha visto reflejada en deformación que no habíamos tenido en el complejo volcánico desde el inicio del ciclo actual, y en un aumento de la frecuencia y magnitud de las explosiones, que están ocurriendo en el domo de lava que está en el nuevo cráter activo”, sostuvo.
Desde el organismo buscan determinar el alcance que podría tener el magma del macizo.
“La gran interrogante es determinar que ese cuerpo de magma que está llegando, a estos niveles de tres o cuatro kilómetros bajo el cráter, puede salir a superficie, porque eso podría gatillar una erupción mayor. Hay que pensar en columnas eruptivas ya no de dos o tres kilómetros, sino probablemente sobre los 15 kms y una afectación mucho mayor a la que hemos observado”, indicó.