Señor Director:
Sufrir quemaduras en invierno es más habitual de lo que la población en general imagina, principalmente en menores de dos años. Se trata de accidentes domésticos prevenibles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son un gran problema de salud pública, ya que alrededor del 1% de la población pediátrica mundial sufre quemaduras cada año, lo que equivale a 15 millones de niños.
En nuestra región reportes recientes indican un aumento de las hospitalizaciones asociadas a quemaduras, lo que se vincula a la cotidianidad de los meses de invierno. Las familias pasan más tiempo en sus hogares, lo que predispone al hacinamiento; también hay uso de diferentes métodos de calefacción y más consumo de líquidos calientes, siendo esto último la principal causa sobre todo en aquellos hogares con presencia de niños. No obstante, los adultos mayores no están exentos de este problema.
Se deben tomar medidas de prevención como evitar que los niños accedan a los cables de los hervidores, usar quemadores traseros de la cocina para evitar volcamiento de ollas, no consumir líquidos y/o sopas calientes con menores de edad en brazos, proteger estufas y braseros de uso muy habitual en sectores socioeconómicos más vulnerables.
¿Qué se debe hacer tras una quemadura? Solo medidas de primeros auxilios como colocar la zona afectada bajo el chorro de agua fría, nunca poner hielo. Se debe cubrir con un paño limpio y trasladar al paciente a un centro asistencial.
Magaly Sandoval Zaval
Académica de Enfermería USS
