Señor Director:
Una pesadilla colosal están viviendo navieras, industriales, puertos, aseguradoras, proveedores y firmas con el encallamiento del carguero Ever Given en el tramo sur del canal de Suez. Como se sabe, a la hora del accidente y producto de un error humano o técnico aún no especificado, el bulbo del gigantesco buque portacontenedores incrustó una orilla y la nave, al seguir con sus motores encendidos, comenzó a girar hasta encajarse en la otra. En la historia marítima universal, no existe un episodio similar que haya afectado a tantas empresas y sectores con estas proporciones.
El colapso en Suez y el carísimo embotellamiento generado han demostrado lo frágiles que son nuestras complejas cadenas globales de suministro, las que han sido fuertemente presionadas por la pandemia del coronavirus. A las millonarias pérdidas por las roturas de la cadena logística e importes añadidos debe sumarse ahora el aumento de los costos de flete, el desabastecimiento de materias primas y el empeoramiento de la escasez de contenedores vacíos.
Un cálculo bien optimista considera que esta semana la operación de rescate libere al carguero. Pero por ahora, la marea viva, el dragado, el aporte de empresas especializadas y la llegada de expertos, la liberación de la proa o aligerar la carga podrían contribuir significativamente a reflotar el megabuque y con ello acabar con este inédito incidente con consecuencias globales.
Camilo Barría-Rodríguez
