Una inédita medición de bienestar humano en las 21 comunas de la Región de Ñuble realizó la Universidad Adolfo Ibáñez, a través de su Centro de Inteligencia Territorial, con el fin de crear un insumo de información y análisis del desarrollo social de Ñuble, para las futuras tomas de decisiones gubernamentales y comunales.
A través del director del Centro de Inteligencia Territorial, Luis Valenzuela, se realizó la presentación de los avances de este estudio en el marco de la segunda sesión del Consejo de Desarrollo Regional de Ñuble, que fue encabezado por el gobernador Óscar Crisóstomo.
El expositor explicó que la medición consideró cuatro variables: Accesibilidad, que es la posibilidad de cada persona de hacer uso del equipamiento de su comuna; Dimensión Ambiental, referente a la calidad del medio ambiente; Infraestructura, que evalúa la calidad de las viviendas y su entorno; y la Socioeconómica, que mide las dimensiones sociales y económicas de cada territorio.
Es tras este primer análisis, que Valenzuela asegura que Ñuble tiene una condición virtualmente única en el país, y es que “hemos descubierto que en la región hay una forma de vivir y experimentar el territorio, con personas que no viven la dicotomía entre lo urbano y lo rural, sino que viven su día a día experimentado ambas realidades, y ese es el ámbito en donde el vivir es posible”.
Por lo tanto, su sugerencia es que Ñuble debería crecer potenciando su realidad rural, mejorándola y rescatando su identidad y legado cultural. “De esa manera, Ñuble le va a enseñar al resto del país que el vivir es posible en cualquier territorio, no solo en el urbano”.
El arquitecto Claudio Martínez, quien también representó al GORE en esta sesión, añadió que tras este estudio se demuestra que “pasa algo curioso, y es que los índices de bienestar pueden ser incluso mayores en las comunas que presentan mayor pobreza, cuando se le mide con los patrones más frecuentes. Y aunque no se ha indagado necesariamente en un porqué, es probable que muchos de los vecinos de aquellas comunas no sientan tan necesario contar con los servicios e infraestructura que se demandan con más fuerza en Chillán, por ejemplo”.
Sin embargo, hizo hincapié en que lo anterior no necesariamente es una situación deseable, ya que “si se sigue trabajando solo en el desarrollo de los polos urbanos, se seguirá ampliando la brecha económica y social respecto de las comunas menos favorecidas, entonces la importancia de este estudio es que nos muestra, ahora, a qué valores atender para hacer que la región completa crezca conforme a sus propia necesidad e identidad cultural, y no solo imitando a las zonas metropolitanas más grandes”.
Es aquí donde para los investigadores destaca con fuerza la necesidad de potenciar la condición de “Capital cultural” de la región y volver a proyectar en sus habitantes los legados que dejaron figuras como Bernardo O’Higgins, Arturo Prat, Pedro Lagos, hasta Violeta Parra, Marta Colvin, Claudio Arrau, Ramón Vinay o Arturo Merino Benítez.
“Porque hay muchas ciudades en el mundo que han basado incluso su productividad en base a sus próceres, y no solo en lo que a recursos naturales -como la agricultura”- respecta”, añadió Martínez.
Pobreza ultidimensional
Dentro de las mediciones que destaca el estudio, figuran por ejemplo que la gran mayoría de los jefes de hogar en la región cuentan con cuatro u ocho años de estudios formales.
Y solo en el sector nororiente y centro de Chillán destaca el segmento que posee más de 17 años, es decir, con estudios técnicos o profesionales.
En un mapa de calor, se muestra que esta realidad se repite en puntuales sectores de Las Mariposas, el nororiente de San Carlos, el centro de Chillán Viejo, y puntos aislados de Coihueco y Quirihue.
Respecto a la Accesibilidad, esta es mucho más acotada y solo favorece a la mitad de los habitantes de puntos Chillán, San Carlos, San Ignacio, San Nicolás, Bulnes, Coihueco y Pinto.
Mientras en la capital regional prácticamente toda la comunidad tiene accesos a áreas verdes públicas; un mapa de calor demuestra que más hacia su periferia se vive con menos acceso a centros de salud.
Con todas estas variables se puede establecer el concepto de “Pobreza Multidimensional” que destaca a Cobquecura, como la comuna más desfavorecida de Ñuble, pudiendo incluso afectar a entre un 37,14 y un 47,24% de su población.
Un peldaño más arriba (con un 32,81% de su gente, figuran Quirihue, Ninhue, Portezuelo, San Nicolás, San Ignacio, El Carmen, Pinto, Pemuco, Coelemu y San Ignacio.
Ya en una suerte de zona azul destacan San Fabián y Quillón, con un 28,70% de pobreza multidimensional.
Más arriba, con un 24,33% estarían San Carlos, Coihueco y Bulnes.
Y mientras Trehuaco, Chillán Viejo y Ránquil asoman con un 19,90%, Chillán y Yungay cuentan con entre 17,72 y un 19.89%.
“Esto está recién partiendo, pero es necesario fijar un rumbo claro para definir cómo será la región en la que queremos vivir a futuro y cómo serán sus habitantes”, planteó Martínez.