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“Estoy esperanzado en que se produzcan cambios trascendentales en nuestra sociedad”

El miércoles pasado, el Consejo Académico de la Universidad de Concepción dio a conocer una declaración pública en la que manifestó su postura respecto de la grave crisis que afecta al país.

El documento, firmado por el Rector, Carlos Saavedra Rubilar, llamó a la academia a hacerse cargo de trabajar por la deliberación democrática para salir de la actual coyuntura.

La máxima autoridad de la casa de estudios ahondó con LA DISCUSIÓN en las causas de la histórica movilización; las señales que no se vieron y en cómo deberá enfrentarse la gran desigualdad que detonó las protestas, las más masivas desde el retorno a la democracia.

– ¿Cree que el Chile tal como lo conocíamos, des-pués de esta crisis, ya no existirá?

– Estoy esperanzado en que se produzcan cambios trascendentales en nuestra sociedad, generando condi-ciones efectivas para mejorar la inequidad y la segregación que se han producido en el último tiempo a partir de la generación de condiciones de desarrollo que no han afectado a toda nuestra sociedad de forma simétrica. Espero que eso cambie, sobre todo, en atención a ir eliminando las brechas de desarrollo desigual para la familia.

– ¿Hubo señales que las autoridades no supieron leer?

– Pienso que autoridades, instituciones y organismos nos concentramos solo en los grandes indicadores ma-croeconómicos de desarrollo y no en cómo afectan en términos específicos a cada habitante del país. Por mucho tiempo estuvimos tranquilos porque aumentaban nuestro ingreso per cápita, nuestras exportaciones, pero no cómo se distribuía, cómo afectaba a las personas. No se puso la atención adecuada y se asumió simplemente que el desarrollo, como conse-cuencia, iba a afectar a la gente en forma positiva. No fue así, y es necesario corregir en forma profunda esos supuestos.

– ¿Cree que han sido suficientes los anuncios efectuados hasta el momen-to por el Gobierno?

– Los anuncios muestran la voluntad de abordar la situación, sin embargo, creo que estamos lejos de que sean suficientes o las medidas adecuadas o necesarias que espera la ciudadanía en su conjunto. Es un buen inicio, marca un reconocimiento de la necesidad de corregir aspectos que son cruciales, pero no se han puesto metas en cuanto al mejoramiento de la pensión mínima solidaria, por ejemplo. Mientras no se defina el camino en que se va a alcanzar la equivalencia con el sueldo mínimo, falta mu-cho todavía por avanzar.

– ¿Falta aún mayor conexión entre la elite política y la ciudadanía?

– La ciudadanía debe asumir un rol mucho más de-terminante en la definición de políticas, o al menos, en el planteamiento de las políticas públicas que se deben abordar para estar en sintonía con las necesi-dades efectivas de nuestra población. Allí pienso que el avance de los consejos de la sociedad civil debiesen ir retomando y generando mucho mayor participación a partir de una adecuada articulación de estos.Aporte de la academia

– En lo inmediato, ¿Debe terminar el Estado de Excepción?

– Es absolutamente ne-cesario, pienso que es im-prescindible terminar con el Estado de Excepción, los militares deben volver a sus cuarteles y deben generarse las condiciones para volver a la normalidad democrática en nuestro país. También se debe garantizar que no se vulneren los derechos humanos en ninguna de sus formas.

– ¿Cuál debiera ser el aporte concreto de la academia de aquí en adelante para alcanzar un nuevo “pacto social”?

– Las universidades en este momento, la academia en su conjunto, conforman el conjunto de instituciones de mayor reconocimiento y prestigio entre la ciudadanía. Por ello pienso que pueden ser articuladores entre las necesidades que se generan entre los sectores políticos, el Ejecutivo, el Legislativo y la ciudadanía. Deben cum-plir un rol de articuladores del desarrollo de políticas específicas, planteándolas, pero también generando vinculación con la sociedad civil e interpretando, gene-rando propuestas que tiendan a satisfacer las necesidades reales que existen en nuestra población.

– ¿La desigualdad golpea más fuerte a las regiones?

– En términos genéricos sí, pero esta desigualdad se extrapola a todo el país. Por un lado, si las empresas que producen recursos en las regiones tuviesen un pro-grama de rentas regionales, probablemente ayudaría a disminuir esas brechas en las regiones. Pero éstas también existen en la Región Metropolitana, donde operan hoy grandes empresas y tenemos dividido ciertamente el pri-mer mundo y primer mundo avanzado en un sector de la Región Metropolitana; y tenemos zonas tremendamente postergadas. La segregación está extendida a lo largo del país, es una segregación de tipo económico y cultural, y por lo tanto, no se limita solo al resto de las regiones del país.

 

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