“Estos colores nos seguirán uniendo por la eternidad”: Boric en homenaje a O’Higgins en Chillán Viejo

El 20 de agosto Chillán Viejo volvió a ser el epicentro del homenaje nacional a Bernardo O’Higgins, con la ceremonia por los 247 años de su natalicio en el Parque Monumental. En un acto cargado de simbolismo, el Presidente Gabriel Boric encabezó la conmemoración acompañado por la ministra de Defensa, Adriana Delpiano; el subsecretario del Interior, Víctor Ramos; el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Galo Eidelstein; y el delegado presidencial de Ñuble, Rodrigo García, junto a autoridades civiles y militares.
El Mandatario llamó a rescatar el espíritu comunitario de O’Higgins en un contexto marcado por tensiones políticas y fragmentación.
“Lo que hizo O’Higgins al momento de declarar la independencia de nuestra patria fue construir comunidad, que se sigue expresando hasta el día de hoy. Porque con orgullo levantamos todos juntos la bandera chilena, independiente de las diferencias que circunstancialmente podamos tener. Estos colores, que fueron obtenidos con sangre patriota, hoy nos unen y nos van a seguir uniendo por el resto de la eternidad”, sostuvo.
La ceremonia incluyó la tradicional colocación de ofrendas florales al pie de la estatua ecuestre del prócer, un pie de cueca y el desfile de las Fuerzas Armadas junto a organizaciones sociales de la región.
Previo al acto, Boric firmó en Coelemu la ampliación de la Red Local de Apoyos y Cuidados, dentro del programa Chile Cuida, que busca reforzar la atención integral de personas con dependencia funcional y sus cuidadores. Un gesto que, en la práctica, extendió la agenda presidencial hacia los compromisos sociales con la región.
El destino de la cárcel de Chillán
Uno de los temas que emergió con fuerza durante la visita presidencial fue el futuro de la cárcel de Chillán.
El gobernador, Óscar Crisóstomo, confirmó que conversó directamente con Boric sobre la urgencia de una decisión política respecto del traslado del penal.
“No es posible que tengamos en la cárcel las condiciones que están, por la inseguridad hacia nuestros gendarmes y por el fenómeno criminal que ha cambiado muchísimo. Hoy hay siempre riesgos permanentes. Además, el lugar donde está emplazada no es el adecuado”, planteó.
Crisóstomo expresó que existe un terreno del Ejército disponible y que “es el mejor lugar donde se podría instalar la cárcel actualmente”, emplazando al Gobierno central a avanzar.
“Esta ya es una decisión política que no se ha tomado en ninguno de los gobiernos anteriores. Yo no culpo a nadie en particular, pero creo que es hora de hacerlo. Espero que ya se tome y nos pongamos a trabajar al respecto”, dijo.
La ministra Adriana Delpiano recogió la inquietud, adelantando que “el ministro de Justicia viene mañana (hoy jueves 21) para iniciar las conversaciones. Yo también lo voy a conversar con el ministro de Bienes Nacionales”, confirmando que el tema quedó instalado en la agenda de corto plazo.
Identidad, democracia y proyectos pendientes
El aniversario del natalicio también fue ocasión para la reflexión histórica.
El gobernador Crisóstomo resaltó el legado de O’Higgins como un hombre “profundamente democrático y regionalista, que supo unir a distintos sectores en un propósito común”. Añadió que los 250 años del natalicio, a conmemorarse en 2028, deben asumirse como una efeméride nacional.
El alcalde de Chillán Viejo, Jorge del Pozo, valoró la libertad con que se desarrolló el acto, incluso ante pifias aisladas hacia el Presidente.
“Eso es parte de la democracia. Queremos que la democracia se respete sin apellidos, y lo que ocurrió aquí es muestra de ello”, afirmó.
Recalcó además que la comuna seguirá siendo “la cuna de la patria” y que el desfile debe mantener su esencia ciudadana.
El presidente del Senado, Manuel José Ossandón, asistió en clave republicana y sin matices partidarios.
“Esto no tiene color político, compadre. Esto es pa’ Chile”, detalló en su acampado estilo, aunque advirtió que el próximo año sería necesario asegurar mayor infraestructura para convocar a más asistentes.
Desde la Cámara Baja, el diputado independiente-DC, Felipe Camaño, insistió en la necesidad de que Ñuble cuente con un feriado regional para realzar la fecha.
“Nos hubiese gustado que al menos hubiese existido ese proyecto de ley que impulsamos. Este es un hito identitario que debería convocar a toda la región”, indicó. Además, lamentó que la asistencia haya sido menor en comparación a años anteriores.
Entre tradición y proyección regional de cara al natalicio nº250
La visita presidencial se desarrolló en un ambiente cívico tranquilo, con manifestaciones acotadas y una participación familiar que destacó por su tono festivo.
Para Crisóstomo, se trató de “una fiesta ciudadana que une a todos en torno a Bernardo O’Higgins, más allá de simpatías o diferencias políticas”.
Más allá del homenaje, dada la presencia del Presidente en la zona, y las conversaciones que tuvo con autoridades locales; la jornada dejó instalada la discusión sobre el déficit de infraestructura pública en Ñuble: desde el nuevo cesfam de Portezuelo -que cuenta con recomendación técnica y espera financiamiento-, hasta la definición del recinto penitenciario.
Estos proyectos se entrelazan con la proyección del bicentésimo quincuagésimo aniversario de O’Higgins, que las autoridades regionales ya buscan posicionar como un hito de alcance nacional.
En palabras del propio Presidente, la lección de O’Higgins es permanente: la necesidad de comunidad por sobre la división. Una frase que resuena con fuerza en Ñuble, donde la historia y el presente se encuentran en un mismo espacio: la Plaza Mayor de Chillán Viejo, allí donde “nace la patria”.
El discurso de Boric en Chillán Viejo no solo buscó rendir tributo a la memoria histórica de O’Higgins, sino también entregar un mensaje político de mayor calado en un momento en que el país enfrenta tensiones por reformas pendientes, cuestionamientos a la seguridad pública y un clima de polarización que se expresa en el Congreso y en la ciudadanía.
Al insistir en que “la bandera nos une más allá de las diferencias”, el Mandatario apeló a un lenguaje republicano que intenta trascender a las disputas coyunturales y reivindicar un horizonte común. No obstante, el contraste entre el llamado a la unidad y los desafíos concretos que atraviesa Ñuble -desde la modernización de la infraestructura carcelaria hasta la necesidad de nuevos centros de salud- muestra que la cohesión no es solo un valor simbólico, sino una tarea práctica que exige decisiones políticas urgentes.
En ese cruce entre memoria, identidad y demandas presentes se juega, precisamente, la capacidad de los gobiernos de proyectar el legado de O’Higgins hacia el Chile del siglo XXI.
La visita presidencial a Chillán Viejo dejó en evidencia cómo la conmemoración del natalicio de O’Higgins sigue siendo, más allá del acto protocolar, un espacio de disputa por la memoria, la identidad regional y las prioridades del país. En el Parque Monumental se cruzaron los discursos solemnes con las demandas concretas de autoridades locales, que no perdieron la oportunidad de instalar en la agenda presidencial temas tan sensibles como la cárcel, los cesfam y las obras de infraestructura que Ñuble arrastra como deuda histórica desde su creación como región. A ellas se unió un grupo de ciudadanos que durante la actividad desplegó consignas a favor de comités de vivienda.
La insistencia de Boric en rescatar el sentido de comunidad o’higginiano aparece así como un recurso político que busca poner paños fríos a un escenario marcado por la fragmentación y las próximas elecciones Presidenciales y parlamentarias. En efecto, mientras el Mandatario apelaba a levantar juntos la bandera “independiente de las diferencias que circunstancialmente podamos tener”, en las gradas y en las calles se expresaba, aunque en menor escala que en otras ocasiones, un malestar que refleja la tensión permanente entre el gobierno central y la ciudadanía regional. Este contraste pone de relieve la paradoja que acompaña cada 20 de agosto: un día en que todos dicen unirse bajo la figura del Padre de la Patria, pero en que también se acumulan expectativas y frustraciones sobre el presente.
El gobernador Crisóstomo fue explícito en advertirlo: los 250 años del natalicio de O’Higgins, en 2028, no pueden llegar sin que la región haya avanzado en proyectos estratégicos y sin que exista un reconocimiento nacional al rol que Ñuble juega en la historia republicana. Lo mismo sugirieron parlamentarios y autoridades locales, aunque con matices políticos, al remarcar la necesidad de dotar de mayor masividad y proyección a una fecha que, según ellos, aún no logra instalarse como el verdadero feriado regional que fortalezca la identidad y cohesión de los ñublensinos.