Luis Parra y Wilson Lagos son dos adultos mayores ñublensinos que viven solos. Uno en Quillón y el otro en El Carmen. Ambos habitan condominios de viviendas tuteladas por carecer de una solución habitacional. En estos espacios ellos comparten con otros pares sus penas, alegrías y la necesidad de compañía en la madurez de sus vidas.
Ellos son parte de las 18 mil personas de edad avanzada en la región de Ñuble que viven en soledad y distantes de sus núcleos familiares.
A sus 71 años, Luis continúa trabajando para sobrevivir, ya sea cortando el pasto o leña. Necesita recomponer su situación económica, ya que en el pasado sufrió el robo de 3 millones de pesos que había retirado de una caja de compensación. De sus manos le arrebataron el banano con el dinero, dejando atrás sus aspiraciones de una solución habitacional.
“Yo quería esa plata para comprar una casa y para mantenerme, pero me jodieron. Espero que el Señor los agarre donde les duela más para que se den cuenta, para que no lo hagan más. Yo no ando deseando mal, pero ellos me jodieron total, me dejaron sin comer”, recuerda.
Por esta razón accedió a una CVT, ya que por sus propios medios no podía acceder una vivienda. Su hermana, con quien tiene mayor cercanía, vive en Quilpué y aunque quisiera estar con ella, el lugar es muy pequeño para albergarlo.
Si bien ha vivido gran parte de su vida solo, por no tener una pareja e hijos, con sus vecinos y con su comunidad religiosa ha logrado combatir la soledad.
“Lo hemos pasado bien. Mejor que cuando estaba en Chillán Viejo, donde no tenía casa. Estaba de allegado. Aquí lo pasamos bien, conversamos, veo tele y hay una señora encargada de ir a dejar mi comida a veces y yo también le llevo cualquier cosa. (…) Me acostumbro a estar solo, aunque echo de menos tener una compañera, pero no se ha presentado la oportunidad. He pensado en Dios y he participado en la Iglesia Evangélica, pero ahora he estado detenido”, comenta.
Su trabajo le ha ayudado no solo a generar ingresos, sino también, dice, a mantenerse bien psicológica y físicamente, pese haber sufrido una trombosis tiempo atrás.
“A veces da pena estar solo, pero más me preocupa que me pase algo estando solo. (…) Uno se mantiene más trabajando, no me canso nada”, comenta.
Wilson Lagos Jiménez (73) vive en El Carmen tras sufrir un pleito familiar a raíz de la venta de una casa en La Pintana, que financió con sus ingresos como camionero.
En silla de ruedas y con un pie amputado por la diabetes habita en un condominio de las mismas características de Luis, tras separarse de su esposa. Entre vecinos se dan la mano para ayudarse en las labores domésticas. Uno de ellos le da dinero para encargarse del almuerzo de los dos.
“Resulta que tuve un problema en la cadera derecha. Producto de estar trabajando sufrí varias caídas desde el camión al acomodar la carga. Y uno le echaba no más, pero ahora, después de viejo, repercuten todas las enfermedades”, reconoce.
Pese a sus limitaciones físicas, Wilson es autónomo en sus tareas y manifiesta estar tranquilo al vivir en soledad, aunque le gustaría recomponer sus relaciones afectivas, en especial, con sus nietos.
“Me siento feliz donde estoy, por la sencilla razón de que ya no tengo problemas y nadie me pide explicaciones. Antes, además, tenía que dar 100 mil pesos todos los meses y ahora ya no tengo que hacer eso. Vivo de mi pensión, pero hay que apretarse el cinturón. (…) Aquí tengo una muy buena convivencia, no hay ningún problema con nadie” expresa.
“Las puertas están abiertas para el día que ellos quieran venir. Me gustaría, porque echo de menos a mis nietos”, agrega.
Cifras
En estas fechas emblemáticas resurge la discusión en torno a las personas mayores que carecen de redes de apoyo y pasarán estas fiestas de fin de año solos, en circunstancias que la mayoría de la población se reúne en estas instancias para expresar sus afectos y reforzar la unidad familiar.
“Las cifras dan cuenta de que en Ñuble las personas mayores totalizan alrededor de 118.000. Esto es aproximadamente un 23% del total regional, el más alto porcentaje del país, concentrándose muchos de ellos en zonas rurales igual a 30,8%”, plantea el coordinador regional de Servicio del Adulto Mayor (Senama), Antonio Arriagada Vallejos.
El profesional indica que, en Ñuble, muchas personas mayores viven de allegados, llegando a representar el 28,2% del total. De esta manera, 33.000 personas mayores no han podido acceder a una vivienda propia.
Además, subraya Vallejos, “el 15,3% viven solos. Esto representa aproximadamente 18.000 hogares unipersonales, sin tener, en muchos casos una red de apoyo como hijos, hermanos u otros familiares que puedan atenderlos”.
Las condiciones de vida no son favorables ya que “la pobreza en este sector alcanza a 6,8% y 7,3% no registra pertenencia a una institución de salud, (Fonasa o Isapre), careciendo de una atención de salud de oportuna”.
“Muchas personas mayores de Ñuble están en condiciones muy desmejoradas y no tienen recursos propios para enfrentar problemas de salud o atender necesidades básicas”, indica Arriagada Vallejos.
“Hemos visto en no pocos casos que muchas personas mayores, con pensiones bajas, deben seguir atendiendo sus pequeñas parcelas o negocitos para tratar de conseguir recursos adicionales; los ingresos autónomos. Los hijos se han marchado a la ciudad y los han dejado solos”, agrega.
En estas condiciones, sostiene que “son muchas las personas mayores que pasarán la Navidad y fiestas de fin de año en completa soledad, lo que lamentamos, pues ellos han sido una parte fundamental de nuestra sociedad y no merecen esta condición”. Esta realidad debe ser tomada por la estrategia regional de desarrollo y crear políticas públicas para su superación”.
Sin embargo, recalca Arriagada, esta realidad no solo constituye un desafío para el Estado, sino también para la sociedad. ”Creemos que comunitariamente podemos ayudar a paliar y disminuir esta situación de tal manera que queremos hacer un llamado al conjunto de la sociedad, a los vecinos de buen corazón que ubiquen a una persona mayor en esta condición y hagan un gesto solidario, y entreguen amor y compañía. Que nuestra sociedad se construya con valores como la solidaridad y el amor depende de grandes y pequeñas acciones. Estas fiestas nos dan la oportunidad de honrar esos valores, no la dejemos pasar”, enfatiza.
Medidas
Una de las estrategias impulsada desde el Gobierno para mejorar la calidad de vida de las personas de edad avanzada son los centros comunitarios diurnos que atienden a este segmento de la población otorgando una atención integral.
“Ñuble es una de las regiones que lidera a nivel país en materia de dispositivos diurnos comunitarios para personas mayores, gracias al trabajo y la articulación que ha realizado la Coordinación Regional de Senama, esta Seremi y los municipios del territorio. Lo que ha incido para que actualmente dispongamos de 15 centros diurnos para el adulto mayor beneficiando a más de 780 personas de la región, quienes asisten a estos establecimientos donde son atendidos por equipos profesionales especializados potenciando la organización social, el envejecimiento activo y la dignidad de las personas mayores, tal como nos ha mandatado el Presidente Gabriel Boric.”, detalla la seremi de Desarrollo Social, Marta Carvajal.
Recientemente en Trehuaco cuentan con un nuevo establecimiento de este tipo con cupo para 60 adultos mayores, quienes asisten a talleres de distinta índole tres veces por semana. Se trata de un programa que tiene una duración de dos años, el que se puede extender por dos años más. Los usuarios son atendidos por un tiempo mínimo de seis meses y máximo de 12. A tres meses de su funcionamiento ya hay al menos 10 adultos mayores en espera.
Paz Roa, coordinadora del Centro Diurno Comunitario de Trehuaco, explica la utilidad que prestan estos establecimientos para este grupo etario.
“El fin último de estos centros comunitarios es darle una mejor calidad de vida al adulto mayor, apuntando a distintos ámbitos físico, cognitivo y social. Estos centros trabajan estas distintas áreas con kinesiólogo, terapeuta ocupacional, asistente social y psicólogo. (..) Estos centros les permiten a los usuarios comunicarse con el vecino, con el adulto mayor que no veían hace mucho tiempo, se distraen muchísimo en los talleres”, describe.
Con respecto a las razones del por qué fue elegida la comuna para implementar este centro, la profesional explica que “Trehuaco es una comuna con baja tasa de natalidad. Muchos jóvenes, dada la ruralidad, emigran y se quedan los adultos. Entonces el foco tiene que ser los adultos, porque la población mayoritariamente es de ese rango etario. Son muy pocos los profesionales jóvenes que se quedan acá. Aquí hay muchísimo adulto mayor que no tiene ningún apoyo y hay muchos que no saben leer ni escribir, que no tienen contacto con ninguna red de apoyo, están totalmente aislados. Tenemos adultos mayores que no tienen noción de tiempo, de lugar, entonces ellos viven el día a día solos, en una vulnerabilidad absoluta”.
Tareas pendientes
Desde la mirada de los dirigentes de organizaciones de adultos mayores se valoran las acciones desplegadas desde el Estado y particulares en beneficio de sus pares, como las acciones antes mencionadas. Sin embargo, consideraron que aún hay deudas pendientes que saldar.
Según el presidente del Club de Adultos Mayores “Edad de Oro” y consejero regional Senama, Sergio Sáez, se requieren leyes más robustas que protejan los bienes y recursos de las personas mayores, ya que algunos son víctimas de abuso quedando totalmente desamparados e indefensos.
“Se está discutiendo en el Congreso una ley que va a dar un mayor poder a Senama para ejecutar acciones. Hay algunos adultos mayores que tienen algunos recursos, por ejemplo, las pensiones se las administran otras personas y muchas veces les quitan la casa. El Senama hasta el momento no puede actuar en forma ejecutiva, solo puede hacer el diagnóstico en el informe y con la reforma que se plantea se van a poder hacer acciones que beneficien al afectado”, destaca.
En otro ámbito, Sergio considera que se debe pensar en atender en forma más focalizada las principales demandas en salud que tiene este segmento de la población.
“Muchos son tan dependientes. Por enfermedad mental poco a poco van siendo desvalidos. En parte, el Estado y privados debieran tener una participación más activa, porque muchas de esas personas nos olvidamos que entregaron gran parte de su vida al desarrollo de este país, pero en el último tramo de su vida quedan totalmente abandonados porque pierden la memoria, habilidades motrices y están esperando solo la muerte. Es ahí donde ojalá el Estado y particulares debieran hacer grandes esfuerzos para apoyar”, recalca el dirigente.
A juicio de Sergio, la “mejor terapia” para quienes viven la generación dorada es participar activamente en la sociedad y buscar espacios para reencontrarse con los pares.
“Que acerquen a los grupos de adultos mayores a las juntas de vecinos, que participen en algún colectivo, porque lo peor no es la soledad, es el aislamiento, alejarse del mundanal ruido. El beneficio de poder conversar, interactuar con otro ser humano es una inyección anímica y física. Uno se abstrae de su soledad y comparte con sus pares lo bueno o lo malo de la vida. Te revitaliza. Si tú estás solo, encerrado en cuatro paredes, la cabeza no te funciona o solo para dar vuelta sobre lo pasado. Y como dice alguien, uno muere cuando dejas de soñar”, aconseja.