Señor Director:
Hay motivos de sobra para estar en alerta sobre todo en el mes de y preguntarnos si realmente estamos conscientes del desafío que supone el envejecimiento.
Las alertas se disparan cuando surge la posibilidad de cancelar el programa Más Adulto Mayor. El aumento de la soledad no deseada y la vulnerabilidad de las personas mayores, junto con las enfermedades crónicas asociadas a estilos de vida, crean un escenario con asignaturas pendientes en torno al envejecimiento acelerado y masivo de la población, particularmente en nuestra región, por lo que sería un retroceso incomprensible la falta de financiamiento frente a un programa que se ha destacado por su impacto en el envejecimiento activo y la prevención de la dependencia funcional.
El trabajo preventivo en salud tiene un alto retorno económico incuestionable y de no incluir este programa, probablemente vamos a estresar el sistema hasta su extremo, llegando incluso a poner en riesgo sus prestaciones por el aumento de patologías complejas en el último segmento de la vida. Por eso es muy importante que se instale una visión más reflexiva y anticipatoria ante este proceso y buscar un camino adecuado que garantice el mantenimiento del programa más adulto mayor y la atención a nuestros mayores a quienes celebramos merecidamente con vítores durante este mes.
Dr. Patricio Torres Castillo
Docente Universidad Santo Tomás
