En 1913, el Gobierno de Italia emitió un comunicado oficial titulado “Manual para el emigrante”, destinado a quienes se embarcaban a Chile, el que incluía un singular apéndice sobre el llamado “Cuento del Tío”, o “El paquete chileno”.
La advertencia sugería desconfiar “de quien no tenga la ropa ni la autoridad para acercarse. No escuche ni historias maravillosas ni casos piadosos y sosténgase por el momento incapaz de prestar la mínima ayuda a cualquiera y muy especialmente a los que le digan haber hecho el viaje con usted,”.
Este mismo manual advertía que “son numerosas las publicaciones sobre estos embustes hechos en los diarios de esos países”.
Al parecer los delincuentes han aprendido antes que las víctimas las lecciones y han sabido superar los obstáculos como el de andar mal vestidos y han sabido modernizar sus estrategias, incluso en los tiempos de pandemia, en los que debido a la mayor presencia policial en las calles y ante una menor circulación de personas por las noches, han dejado de lado el asalto a mano armada y lo han cambiado por estafas telefónicas y por Internet.
En Ñuble, el delito de estafa, durante 2020 y 2021 pasó de estar dentro de los últimos en cantidad de denuncias a convertirse en el sexto ilícito más constatado, superando incluso al irreductible hurto.
Así, conforme a las estadísticas del Poder Judicial, en los Juzgados de Garantía de Ñuble, ha ingresado un 15% más de causas por estafas en el mes de enero de 2021, que en enero de 2020.
La comuna que más casos registra es Chillán. Y en el juzgado de Garantía de esta comuna, entre enero, febrero y marzo del 2020, totalizaban 28 de estas causas; iniciada la pandemia, entre abril, mayo y junio, las cifras se dispararon a 68 en total.
Para confirmar la tendencia al alza, se observa que entre septiembre y diciembre del año pasado, ingresaron 159 causas al juzgado chillanejo, cifra que está por sobre las 118 que totalizan los meses anteriores.
El subprefecto Roberto Castro, jefe de la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI, explica que “el delincuente se va adaptando a las circunstancias y hoy, producto de la pandemia ha aumentado el comercio por Internet, entonces ellos saben que es a través de esas mismas plataformas donde tienen que intentar delinquir”.
Confirmando esta tesis, se advierte que en los meses de mayo (31 casos), septiembre (33 casos) y diciembre (53 casos), todos meses con días de alta actividad económica, son aquellos donde más estafas se denunciaron.
Las estafas actuales
Dentro de las formas más comunes de estafas están los correos electrónicos de personas que crean diseños que imitan las de los bancos, indicando que se han bloqueado las cuentas, por lo que solicitan las claves de los clientes.
En otras, se envían links, mensajes de texto a celulares. “Sin embargo los bancos jamás mandan correos pidiendo claves o con links que deriven a otros sitios”, dice el subprefecto.
En cuanto a las llamadas, los delincuentes simulan ser parte de un call center de la entidad bancaria y solictan números de cuenta, tarjetas o cédulas de identidad.
Y finalmente “hubo una que, afortunadamente se ha ido a la baja, en la que los delincuentes robaban celulares, y desde ahí mandaban mensajes a los bancos diciendo que habían perdido las claves y las solicitaban de vuelta. Ahora, se les pidió a estas entidades que mejoraran sus filtros de seguridad y lo han hecho”, explicó Castro.
Los mismos de siempre
Definitivamente, no se trata de delincuentes especializados, ni con conocimientos informáticos especiales. Son los mismos de siempre, los que se describen en 1913, pero aprendieron a vestirse mejor y hablar un poco mejor.
La semana antepasada, la PDI detuvo a un clan familiar que se dedicaba a estafar por Internet.
“Buscaban a personas que vendían celulares de alta gama, se juntaban con ellos y una vez que llegaban a un acuerdo, un primo de esta persona hacía una transacción bancaria, pero con cheques robados. Entonces, en la cuenta aparecía el depósito contable, pero a los días se rechazaba”, detalló.
Todos los detenidos, tenían antecedentes por tráfico de drogas. “Pero como la pandemia ha bajado la entrada de drogas a la región, tuvieron que buscar otra forma de delinquir”, advirtió.