Señor Director:
No es estadista quien destruye, para sorpresa de Luis Silva, toda lógica estatal.
No es estadista quien apabulla la educación pública reduciendo el gasto fiscal en educación, centralizando y desarticulando la red de universidades públicas existente; para 1981, con la poco ortodoxa Ley General de Universidades, ya no existía ni la Universidad Técnica del Estado con sus 9 sedes regionales, ni las sedes provinciales de la Universidad de Chile.
No es estadista quien prácticamente regala 725 empresas estatales, a través de un proceso de privatización, al menos, irregular.
No es estadista quien posee varias cuentas bancarias en el extranjero repletas de fondos públicos. No es estadista quien destruye la democracia y sus instituciones; pero más importante aún, no es estadista quien destruye a las personas.
Bruno Navarro Cabrera
