Marcos Jesús Flores López es bicampeón nacional de esquí de fondo y previo a la pandemia se preparaba para ganar roce y competir en el extranjero.
Sin embargo el avance del covid-19 en Europa y luego en Chile, literalmente congeló sus sueños.
Con el cierre del paso al recinto termal de Nevados de Chillán sus entrenamientos sobre la nieve se vieron interrumpidos.
Por eso, el deportista de El Rosal, más que nunca, comenzó a usar la carretera o ruta de pavimento, para entrenar usando rollers esquí. Antes lo hacía, pero ahora lo practica son exponerse a un atropello o los desagradables bocinazos de los automovilistas que acostumbraban a pasar a altas velocidades hacia Nevados, complejo que sigue sin recibir público.
“Entreno sin peligro”
“La cuarentena y la pandemia gracias a Dios no me ha afectado mucho en lo psicológico porque acá en El Rosal, en Pinto, tengo más espacio y además que ahora no anda tanta gente, es factible para mi practicar rollers esquí en la ruta cuando no hay flujo de autos y cuando no me tocan la bocina. No me arriesgo, ahora practico más relajado y tranquilo. Es la única manera de entrenar es en la calle y en la ruta”, cuenta desde El Rosal, el destacado esquiador que ha combinado su trabajo en el pavimento con ejercicios para mantenerse en forma.
“Estoy entrenando en rollers en el sector de Pinto, manteniéndome en forma, trotando con todas las medidas de seguridad y con la alimentación. Se ve difícil el retorno de las competencias, ojalá algo pueda resultar…. El próximo año”, cuenta Marcos.
El talentoso esquiador revela que aprovechando las intensas nevazones que se han desatado camino a Pinto, ha logrado hacer esquí clásico en caminos rurales que han acumulado mucha nieve, pero el 10 de julio espera una ventana para poder subir a esquiar al sector Shangrilá.
“Estamos planeando una subida a esquiar a la nieve, podemos subir con salvoconducto del profesor para poder pasar el cordón sanitario. La idea es hacer un día de esquí clásico”, detalla.
Talento y esfuerzo
Flores practica esquí desde el 2014. Fue campeón nacional sub-18 el 2018 y el 2019 en sub-21 después de tres fechas que se disputaron en Termas de Chillán, Los Andes y Lonquimay.
Su pasión por el esquí nació cuando un amigo lo invitó a participar de un proyecto impulsado por el municipio chillanejo. Aprendió a esquiar, destacó como promesa y fue seleccionado para asistir a un concentrado a Argentina.
El 2018 fue a participar de un plan de entrenamiento en Norteamérica, con recursos propios, para el que el municipio de Pinto le aportó los pasajes.
Marcos, además, fue subcampeón nacional e n 2019 en la modalidad de biathlón.
“Es mucho más técnica, porque uno esquía con un arma y tiene que disparar con una cara b i na. Fui segundo a nivel nacional y luego pude participar en un concentrado en Italia por 15 días”, detalla.
De la cosecha a entrenar
Como la mayoría de los deportistas que intentan sobrevivir en el alto rendimiento, con un alto costo de por medio, Marcos sufre por la falta de apoyo. Vive con su madre, que es viuda, sus tres hermanos y no es fácil conseguir recursos para adquirir la indumentaria para la práctica del esquí o viajar a competencias nacionales e internacionales.
“Entreno solo, por falta de recursos no puedo tener un entrenador, así que en el verano trabajo en la fruta en el sector El Rosal y el Fundo Los Hualles, sacando arándanos de 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Es dura la pega, a todo sol, pero me hago mis monedas para surgir en el esquí de fondo, porque no tengo apoyo financiero”, revela Flores, cuya pasión no la frenará una pandemia.