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Espacios Políticos

Señor Director:

Si la tan manida expresión “socialismo democrático” tiene alguna referencia a la realidad, si envuelve algún significado y designa un fenómeno político real, este tendría que estar en oposición, en contraste o en tensión con otro identificable que correspondería al “socialismo no democrático”. Quienes se autodesignan con la primera de estas denominaciones, en consecuencia, tendrían por fuerza que reconocer y aceptar que toda esa extrema izquierda con rasgos religiosos aglutinada en el PC, junto con ese segmento opaco y transido de intereses que conforma el Frente Amplio, configuran un espacio político que hay que entender como socialismo no democrático, es decir, como aquella variante socialista reñida con los principios de la democracia, o bien deshonestamente democrática.

De otro modo, es decir, si esto no fuese así, si tal versión de esta doctrina no tuviese expresión política, cabe preguntarse qué sentido tiene seguir repitiendo una formulación que entonces sería completamente vacía, engañosa, superflua. Y, por otra parte, por qué colectividades que se ufanan de ser genuinas afirmaciones democráticas, insisten en pactar, aliarse o coaligarse con grupos que adhieren a otros principios, muy distintos y alejados del talante que conviene a la democracia. Me parece, que en la perversión de los principios y convicciones, siempre puede anidar un germen o indicio de corrupción y descomposición, que luego tiende a desenvolverse y contaminar otros ámbitos de la vida en común.

Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega

Abogado

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