¿Recuerda usted los senadores designados durante el gobierno militar? Fue una manera de distorsionar en favor del régimen la voluntad popular. Suprimirlos fue un reclamo democrático.
En la Convención Constituyente hay una suerte de representantes “designados”: 17 escaños para los pueblos originarios. En estricto rigor, no han sido designados pero su presencia es, sin duda, una distorsión a la voluntad popular. La población reconocida como “originaria” es de alrededor de un millón de personas y tiene 17 escaños, cifra bien distinta en proporción a los que representan 17 millones de habitantes.
Pero hay todavía más, del padrón indígena solo votó el 7%. Los 17 representantes de todos estos grupos indígenas sumaron 89 mil votos que respaldan a 17 escaños mientras la constituyente Marcela Cubillos obtuvo 87 mil votos que respaldan su escaño. En el próximo Congreso Nacional ¿se repetirá una maniobra a todas luces fraudulentas? Parece adecuado que la representación indígena se mantenga, pero en una justa proporción a su número y con una exigencia de votos razonables.
En todo el nuevo orden político que se diseña, hay presencia indígena con privilegios y poderes que convierten a estos grupos en verdaderos depositarios de veto para grandes iniciativas que nos interesen a los 17 millones que conforman la abrumadora mayoría de la nación.
Alejandro Witker
