“Escámez vivió en Costa Rica, pero Chile siempre estuvo en Escámez”
Cuando Julio Escámez murió en el 2015 había donado toda su obra a la Universidad Nacional de Costa Rica, el país que lo había recibido cuarenta años antes, cuando decidió partir al exilio tras enterarse de lo que había pasado con su mural “Principio y Fin” en la Municipalidad de Chillán y del asesinato del alcalde de la época Ricardo Lagos.
Desde ese entonces, la casa de estudios ha custodiado la obra de Escámez que consiste en murales de gran proporción, además de documentos y bocetos, entre los que también se encuentran los que realizó con motivo del mural chillanejo. Gracias al hallazgo de la obra de arte casi intacta en el municipio, la Universidad Nacional envió esta semana a Marta Cardoso, coordinadora del Centro de Gestión de Acervo Artístico de la casa de estudios, para observar in situ los trabajos de recuperación de la pintura.
En medio de su visita, Marta conversó con La Discusión Domingo respecto de los alcances del legado de Escámez en Latinoamérica.
¿En qué se enmarca su visita?
Está dentro de un convenio de colaboración que tenemos la Universidad de Concepción, específicamente, con el Centro de Gestión de Acervo Artístico a cargo de mí. Este Centro está encargado de la custodia, conservación y puesta en valor de la colección de Julio Escámez. Él vivió en Costa Rica 40 años, fue catedrático de nuestra universidad y recibió el Honoris Causa poco antes de morir. Hizo también un testamento en donde nos deja toda su obra en agradecimiento por la recepción que tuvo y su vivencia formativa, investigativa y artística.
¿En qué estado está este archivo de Escámez en Costa Rica?
Este archivo está inventariado, se restauraron los murales de mayor formato y están exhibidos permanentemente. Cuando comenzamos a trabajar, nos conectamos con la Universidad de Concepción porque esa había sido su experiencia anterior antes de salir al autoexilio. Entre todos estamos tratando de darle sentido a una producción artística relevante y disgregada en estos dos países.
¿Cómo recibieron en Costa Rica la noticia del hallazgo de “Principio y Fin” en la Municipalidad de Chillán?
Muy emocionados. Entre lo que tenemos, hay bocetos de este mural. También hay dibujos con rostros que están hoy en la pintura que hizo en la Farmacia Maluje, de Concepción. Cuando nos enteramos de la noticia, nos enviaron un video que nosotros proyectamos para la comunidad en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe cívico militar en Chile. Ahí pudimos ver cómo se estaba trabajando y cuáles fueron estos primeros hallazgos.
¿Y cómo fue encontrarse con parte del mural en Chillán, y ver el avance de los trabajos en terreno?
Emocionante. Yo me había quedado con el pedacito que aparecía en este video que nos enviaron, no pensé que los trabajos estaban tan avanzados. Es increíble que el mural se haya descubierto exactamente a 50 años desde que ocurrieron esos hechos.
Este año es el centenario de su nacimiento ¿Qué actividades se están organizando?
Ya el año pasado hicimos una exposición bastante importante, entre la Embajada de Chile y en la Universidad Nacional. Para este 2025, año de su centenario, tenemos planeada una exposición con dos murales importantes que hace en Costa Rica. Uno de ellos está en el Instituto Nacional de Seguridad. La idea que tenemos es seguir trabajando en colaboración porque tenemos una gran cantidad de material, su acervo es muy amplio. Cuando salió de Chile, se llevó lo que pudo. Más tarde, cuando lo iban a visitar desde Chile Orietta y Angela, sus hermanas, él comienza a recuperar cosas que tenían que ver con su vida en Chile y estos elementos que forman parte de su memoria.
¿Cómo define la obra de Escámez?
Como artista, trabajó muchas contradicciones de alto contenido social y espacios de reflexión. En sus bocetos aparecen muchos rostros, que para él tienen un nivel de importancia y que están presentes en su obra en general, porque constituyen símbolos o estructuras de poder que vienen de la cultura de la resistencia. El mural de Chillán era muy importante para él, de hecho, en su casa tenía una especie de poster que seguramente se imprimió en Chile. Ese mural fue su punto de quiebre. Escámez vivió en Costa Rica, pero Chile siempre estuvo en Escámez.