Eponimia ( “bautisitis” )

Eponimia ( “bautisitis” )
Señor Director:
Pareciera haber una obsesión en bautizar edificios, infraestructuras o inmuebles con el nombre de una persona, quien tendría más o menos méritos y, por lo tanto, sería muy conveniente que así ocurra.
En estos días, el nuevo hospital de Chillán estaría a la espera por una denominación que rinda tributo a alguien importante. Básicamente el objetivo de ello es que el nombre propio de una persona real viva o muerta, pase a formar parte del lenguaje corriente, perdure a través del tiempo y se fije en la memoria colectiva de la ciudadanía, generándose un honor para los vivos y un homenaje a los muertos. Esta práctica se conoce como eponimia, que es la de dar nombres de personas a cosas.
La búsqueda de un nombre, de seguro va a estar asociada con variados intereses y sujeta a presiones de diversos grupos. Cualesquiera que sea el nombre de la persona escogida, va a generar controversia. Lo óptimo es encontrar una denominación neutra, que no dé lugar a interpretaciones, sesgos políticos o cultos personales. Por ello, el título de “Hospital Regional de Ñuble”, tal como está en estos momentos, es una designación simple y comprensible, que además produce una identificación nítida y potencia la “ marca Ñuble “. Por último, es la ley 18.695 (artículo 5, letra c) la que entrega a las municipalidades la facultad de asignar y modificar los nombres de los bienes de uso público.
Marcelo Moraga A.