La semana pasada se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) que le ha permitido al Gobierno conocer las variantes asociadas entre los años 2019 y 2020 y de esta manera, realizar una evaluación de sus políticas públicas en materia de Seguridad.
Ya para octubre de 2020, la Fundación Paz Ciudadana había publicado resultados de una investigación similar y que, en gran medida, sirvió para anticiparse a lo que mostraría la Enusc, concluyendo que el índice de victimización bajaría a niveles históricos a nivel país. El 2020 marcó un 19,3% nunca antes alcanzado.
Aunque en la Intendencia de Ñuble (Región que marcó un 19,4%) se mostraron satisfechos con las conclusiones de la encuesta, considerando que se mantuvo la cifra del 2019 (19,1%), saben que es irresponsable ser demasiado concluyentes, en primer lugar, porque Ñuble, como el resto de Chile y el resto de mundo cruzan por un estado de excepción por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus; y en segundo lugar, porque también se observa que la delincuencia está abandonando algunas actividades de manera paulatina para hacer presencia en otras áreas menos fiscalizadas por las policías, como la cibernética.
Entonces, si por un lado en la Intendencia festejan que los delitos de robo con violencia (1,3%), robos por sorpresa (2,6%) y robos en lugar habitado (4,7%) bajaron en la zona; otros delitos como las estafas por Internet subieron del 1,2 al 2,7%; las funas (acoso y hostigamiento) de un 0,9 a 1,6%; y las amenazas por este medio, de un 0,6 al 1,5%.
En la Región, la principal unidad investigadora de este tipo de ilícitos es la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI.
Precisamente es el prefecto Alejandro González, jefe de la Plana Mayor Regional Chillán, quien plantea que “las personas se han ido tecnologizando para adquirir sus bienes y servicios, también las entidades bancarias y todo esto ha ido generando un nuevo espectro desde donde el delincuente ha ido sacando beneficios. Hemos conocido casos que parten del momento en que las personas han ido a pagar cuentas, a obtener créditos, bienes y servicios”.
Por otro lado, al revisar los antecedentes de personas que han sido detenidas por realizar este tipo de delitos cibernéticos, se advierte que en un buen porcentaje de los casos se trata de personas que ya contaban con anotaciones por robos comunes, tráfico de drogas o receptación, por lo que se concluye que no se trata de una nueva camada de delincuentes en la web, sino más bien son los mismos de siempre, pero que han buscado delinquir por el ciberespacio.
“Nosotros hacemos un llamado para reforzar la educación que tienen que tener las personas para que tengan las herramientas de autocuidado tecnológico para que no se vean vulnerados. Por ejemplo, las personas de más edad, que son las que menos manejan la tecnología, por lo que de alguna forma son más vulnerables, deberían protegerse con otros familiares que sí manejen estos procedimientos de mejor manera”, propuso el prefecto.
Respecto a las complejidades de medir la realidad de la victimización en tiempos de pandemia, el coordinador regional de Seguridad Pública, Alan Ibáñez, admitió que “no podemos desentendernos de sus efectos en este tipo de mediciones. Sin embargo, los índices ya venían a la baja antes de que comenzara la pandemia, principalmente debido a la cantidad de recursos que se le inyectaron a la Región para Seguridad Pública, muchos de estos se fueron directamente en apoyo de las municipalidades, que es lo que realmente importa”.
Ibáñez recordó que antes que Ñuble fuera declarada como nueva Región, la inversión era “muy baja, sin embargo, en estos últimos años han ingresado muchos recursos, tanto con fondos del Gore como de la Subsecretaría de Prevención del Delito, lo que sumado a una buena planificación, a los análisis criminales y los proyectos levantados por cada municipalidad, ha hecho que hoy estemos en niveles de baja victimización, llegando a un punto en que por regla general ya se comienza a descender de manera más baja”.
En efecto, mientras Chile muestra un índice de victimización, es decir, las personas que declararon haber sido objeto de uno o más delitos en un año, del 19,3%, equiparándose a España, que para el 2020 declaró un 19,4%; la realidad nacional es más baja que la de los países aledaños como Argentina (19,9%), Perú (29,2%), Uruguay (23%) o Brasil (30,8%).
De todas formas, casi la totalidad de los países del mundo vieron una disminución en sus tasas de criminalidad por lo que ha durado la pandemia.
Televigilancia
Cuando a mediados de la década anterior se preguntaba en la prefectura de Carabineros por la real utilidad de las cámaras de televigilancia que comenzaban a aparecer de manera incipiente por el casco comercial de Chillán, las respuestas siempre contenían algo de reticencia, pero presentadas con la diplomacia suficiente para decir que “todo lo que aporte, bienvenido sea”.
Hoy, a casi 15 años desde la instalación del primer lente telemático con propósitos de vigilancia, al menos su capacidad disuasoria, e incluso de sosiego, es indesmentible.
Prueba de ello es que sigue siendo el recurso más solicitado y postulado por la mayoría de las juntas de vecinos de toda la región, incluso en los sectores rurales.
No es de extrañar entonces que hoy Carabineros se muestre, no sólo alineado con la idea de que se siga invirtiendo en este tipo de tecnología, sino que incluso destaca la importancia de contar con drones. Y Chillán ya cuenta con cuatro, uno municipal y otros tres en poder de la Intendencia.
“Nosotros, en cuanto a la operatividad desde las salas de monitoreo en la Cenco, podemos ver que los resultados que se obtienen a través de las cámaras de seguridad, de sistemas de televigilancia, es muy positivo. Hemos logrado detener en tiempo récord a personas que cometen ilícitos. Ahora, tenemos el apoyo a nivel de la Intendencia con la inclusión de los drones, que es una tecnología con la que ya se está trabajando coordinadamente con nuestra oficina de operación de la Prefectura de nuestra repartición” apuntó el general Mario Sepúlveda, jefe de la XVI Zona de Carabineros Ñuble.
Es más, la autoridad policial admitió que, a su entender y por la experiencia demostrada en los últimos años, “mientras más se masifique este tema, que ya se están viendo en algunos condominios o en poblaciones donde la gente se organiza, logra tener algún sistema de esta naturaleza, es un aporte muy significativo. Además, según entiendo, hay proyectos a nivel municipal donde pueden postular a este tipo de tecnologías y quienes las consiguieron han tenido excelentes resultados”
La cifra negra
Estudios hechos por distintas entidades a nivel internacional (en Chile, por la Fundación Paz Ciudadana, por ejemplo) demuestran que la sensación de inseguridad es siempre mayor a la que muestran las reales cifras de victimización.
Sin ir más allá de Chillán, en donde la cantidad de hogares victimizados es de un 4,7%, en el último informe de seguridad comunal hecho por la Municipalidad, se daba cuenta que más del 60% de las personas creían que iban a ser víctimas de algún delito en sus hogares.
Estas mismas fuentes investigativas asocian esa brecha (siempre significativa) con la gran cantidad de tiempo o espacio que los noticiarios y medios de comunicación dedican a noticias sobre crímenes; a la cantidad de medios informales que hoy entregan contenido de esta naturaleza, a través de redes sociales; y también por la existencia de la llamada cifra negra, es decir, la cantidad de delitos que nunca fueron denunciados formalmente, y que no permite una medición exacta de la victimización de un lugar.
Alan Ibáñez explicó que en Ñuble, conforme a la Enusc 2020, la cifra negra aumentó. “Del 2018 al 2019 habíamos logrado una importante alza en la cantidad de denuncias, pero ahora se disminuyó en un 4,4%, lo que obviamente genera una mayor cifra negra. Si bien no se trata de una baja significativa, es importante hacer que los vecinos recuperen la confianza y vuelvan a denunciar, ya que es precisamente la denuncia la que nos permite generar estrategias de prevención, de organizar estos patrullajes focalizados que hace Carabineros para aminorar los delitos”, explica.
También bajaron las llamadas al fono Denuncia Seguro, aunque no sólo en Ñuble, sino en todo el país. Conforme a la Enusc, en Ñuble, un 25,5% dijo no haber denunciado por estimar que las policías no podían hacer nada al respecto; y un 24,1% consideró que la pérdida no era lo suficientemente seria.
Sin embargo, en el tercer lugar, y con el 15,9%, figuran quienes no denunciaron porque piensan que la justicia no hubiera hecho nada.
Inseguridad
Por último, en la encuesta se destacó que dentro de las razones por la que los vecinos no consiguen sentirse totalmente seguros en sus hogares o barrios es por las incivilidades y focos delictivos que afectan al entorno.
En cifras, las más mencionadas fueron los puntos de venta de drogas (9,0%), el escuchar balaceras (5,6%), las amenazas o pelas entre vecinos (3,5%), el haber presenciado peleas callejeras sin armas (3,4%) y la presencia de pandillas violentas (3,2%).
Más abajo destacan el haber presenciado pelas con armas, el vandalismo (destrucción y rayados), robos y asaltos en la vía pública y la presencia de perros vagos en las calles.