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Señor Director:
Inesperadamente ha fallecido el ex presidente de Chile, Sebastián Piñera. Y en su legado dejará, sin lugar a dudas, su profundo amor por Chile y su gente, su indiscutido liderazgo, que cobra aún mayor relevancia si consideramos que logró ganar la Presidencia en dos ocasiones. Su capacidad de gestión, su intensidad y pasión en cada cosa que hacía.
Era inagotable, exigente, pero también capaz de enseñar y hacer de todos mejores personas y profesionales. Y con la sabiduría que dan los años, en la plenitud de su madurez, también fue capaz de dar lecciones a la oposición como la necesaria unidad para intentar que Chile vuelva a ser una nación próspera, competitiva y líder. Sin dudas que la muerte del presidente Piñera nos sorprendió a todas y todos, pero también es una oportunidad para que quienes están llamados a liderar Chile sean capaces, con generosidad y voluntad, de hacer realidad este legado propio de un gran hombre, padre, abuelo, esposo y amigo que ha partido de este plano para el encuentro con Dios. Desde ahí, que duda cabe, estará muy pendiente del provenir y devenir del país que tanto amo.
Rodrigo Durán Guzmáno