Señor Director:
Se nos vienen lluvias de encuestas, con predicciones para todas las elecciones por venir, presidenciales, parlamentarias, gobernadores, alcaldes, de los orígenes más diversos, todas creen tener la verdad, no olvidemos que sus resultados, han tenido éxitos y de los otros, dejando a varios con el terno comprado y a otros con depresión post-electoral.
En Chile las encuestas forman parte del escenario electoral, son como el Viejo Pascuero para la Navidad, pero cuánto influyen en el electorado, cuáles son sus posibles causas de errores, en especial, cuando se tiene un padrón electoral, en su gran mayoría “out” del pulso de la política y a la vez desinformado.
Sí, porque cuando están regularmente apareciendo encuestas, mostrando tendencias, a nombres ganadores y de perdedores, es correcto pensar, que estos guarismos, le marcan a los electores, “sin querer queriendo”, una pre selección de su voto y no debemos olvidar, que nadie quiere quedarse con cola, por lo que muchos votan a ganador, sin pensarlo mucho, y en cuanto a los errores, pueden estar presentes en la elección de la muestra a utilizar, una ya utilizada ó una nueva por determinar, el método para realizarla, telefónicas, las horas de los llamados, por RR.SS. o presencial (hoy difícil por pandemia) y tantos otros.
La mejor descripción de una encuesta, es que se trata de la foto de un momento determinado, y no de otro, que muestra la “imagen” en cifras, de una persona, grupo, producto, etcétera, pero sin olvidar, que depende absolutamente del fotógrafo que toma dicha foto, de la luz, del escenario de fondo, etcétera. Los que dirigen las encuestas, saben perfectamente, como favorecer/desfavorecer a placer a los que solicitan las encuestas, por esta misma razón u otras, es muy importante, darle siempre a una encuesta, el grado de credibilidad que se merece.
Luis Enrique Soler Milla.
