En enero de 2023 fue presentado el resumen ejecutivo de la Encuesta Barómetro Regional Ñuble 2022, realizado bajo la dirección de la Universidad del Bío-Bío y que ofrece una síntesis gráfica de los principales resultados levantados entre los meses de mayo y agosto del 2022 en los hogares de los ñublensinos.
Este instrumento tuvo como objetivo caracterizar la percepción ciudadana acerca (y desde) las regiones del país, fortaleciendo no solo el desarrollo de espacios de deliberación pública desde las universidades, sino también, a la producción de conocimiento “global” para la toma de decisiones institucionales y ciudadanas.
Consultadas más de 500 personas mayores de 18 años, uno de los puntos que destacaron en cuanto a los resultados, es el que para una clara mayoría de vecinos de Ñuble –pese a lo que muchos pudieron pensar- el lugar que escogería idealmente para quedarse a vivir es su barrio (un 35%) o, como segunda opción, algún otro barrio pero de su misma ciudad (un 24%), en especial, las mujeres encuestadas.
Otra cifra demuestra que un 80% de los ñublensinos preferiría no cambiarse a otra región para vivir y si tuvieran que hacerlo, sería primordialmente por razones laborales (un 27%) o en busca de mayor seguridad ciudadana (un 22%).
Del mismo modo, de la escala del 1 al 10, un 29,9% dice sentirse muy satisfecho con su vida en la región, un 20,7% evalúa su nivel de satisfacción con un 8; un 2,6% evaluó con un 4 y sólo el 1,6%, con nota 1.
El arquitecto, Miguel Pino, quien hoy dirige el proyecto municipal del Plan Bicentenario, explica que –en consonancia a lo que muestra este estudio- “se ha trabajado desde la base que los barrios son las células fundamentales de la ciudad y cómo estos lugares, para bien o para mal, reflejan el cómo somos en el presente”.
Y es dentro de los estudios que han realizado en el comité, que destaca conceptos como “el sentido de pertenencia y el de la solidaridad, lo que nos sorprendió porque algunos de nosotros pensábamos que eso se había estado perdiendo, sin embargo, lo concreto es que, al menos, en esos barrios que están mejores constituidos organizativamente, ese sentido de solidaridad les brota por los poros”, certifica el arquitecto.
Se ha observado que los vecinos han vuelto a buscar espacios y a crear lugares dentro de sus barrios para volver a interactuar con sus vecinos, a conocerlos y a crear comunidades activas. “Entonces, es ahí cuando ya para los vecinos, la relación con las personas pasa a ser algo tanto o más importante que la infraestructura con la que cuenten en cada barrio. La cohesión social, el saber que cuentan con quienes viven cerca, o el dar continuidad a un vecindario histórico mediante los hijos y los nietos, les permite preservar esa identidad que tanto se valora”, advierte.
Sin embargo, eso genera un obstáculo para quien llega a Chillán desde otras ciudades. “El chillanejo es, en general, aclanado. Se junta con los amigos del barrio, con los amigos del colegio hasta ya muy adultos, entonces las personas –en especial quienes son profesionales- me han dicho que les cuesta ser integrados al tejido social de Chillán, porque de tan cohesionados terminan siendo grupos muy cerrados”, observó.
El arquitecto interpreta de lo anterior que es posible, que después de todo, se trate casi de un mecanismo de sobrevivencia, una forma de proteger su identidad, sus vínculos con el resto del barrio y “casi una forma de asegurarse que se está trabajando en pos de una comunidad que va a seguir ahí y no por gente que, en una de esas, se va”.
Pese a todo, el insumo para el Plan Bicentenario pareciera estar ahí, en el barrio. “A eso apuntamos, a generar una ciudad en que las personas de todos los sectores sientan, en cualquier parte de su comuna, que siguen estando en su propio barrio con todo el apego valórico y emocional que eso significa”, cerró el profesional.
Valoración de lo patrimonial
Otro de los aspectos fundamentales que destaca este estudio de la UBB es la asociación que la mayoría de los ñublensinos realiza entre su región y algunos símbolos patrimoniales de la zona.
Más del 66% de los encuestados admite que cuando le piden asociar una imagen al nombre “Ñuble” responden con figuras históricas como Bernardo O´Higgins, Arturo Prat, Claudio Arrau o Violeta Parra; o bien con lugares como la Catedral, las Termas de Chillán, la lobería de Cobquecura o los paisajes de su ruralidad.
Otro segmento menciona productos como las longanizas, el vino, la artesanía o incluso instituciones como Ñublense o la Iansa; mientras que un segmento muy menor apunta a la pobreza o la cesantía.
De todas formas, el interés de los locales en ser parte de las fuerzas sociales administrativas de sus comunas se evidencia sólo cuando las autoridades muestran cercanía y presencialidad. De hecho, el 51% de los encuestados dice conocer el nombre y haber visto personalmente a sus respectivos alcaldes; un 18% a los concejales de sus comunas y un 20% al gobernador, pero un 57% de los consultados aprueba la labor del gobernador, Óscar Crisóstomo.
La autoridad regional, explica que “nuestro trabajo se ha basado en permanecer en contacto con las 21 comunas, sus autoridades y organizaciones, para conocer y avanzar en la respuesta a sus necesidades, reducir las brechas existentes en un territorio que durante muchos años no contó con la atención ni el presupuesto necesario para crecer de forma equitativa”.
La figura del gobernador tegional debutó en el país hace solo 18 meses y en Ñuble, coincidió con una instalación incipiente y débil de la región, “por cuanto, trabajar unidos con los alcaldes y consejeros regionales; destinar el 69% del presupuesto a iniciativas de carácter comunal y seguir de cerca que estos recursos solucionen inequidades y necesidades de los vecinos y vecinas, nos ha permitido mantener un vínculo que esperamos afianzar durante los próximos años”.
Para el gobernador, “la conexión con el territorio es clave en nuestra gestión y no hace más que responder a lo que espera la comunidad de sus autoridades electas: mayor presencia y cercanía a sus problemas y anhelos”.
En tanto, en Chillán, el alcalde Camilo Benavente añade que “en realidad, todos los alcaldes y sus equipos trabajan en terreno y es por eso que muchas personas nos encuentran más cercanas. Sin embargo, no basta con estar presentes y ni siquiera estar atentos a sus necesidades, también debe haber una conexión con lo histórico, con las tradiciones y potenciar las cualidades sociales, es decir, poner en relieve lo artístico, lo cultural, lo deportivo, lo turístico y todo lo que deje un legado a futuro, todo lo que deje una herencia concreta que le permita a los futuros chillanejos querer a su comuna, y con ganas de seguir trabajando por tener una ciudad mejor”.
Mucho más abajo están los senadores, los diputados, el delegado presidencial, los dirigentes vecinales, representantes del empresariado, consejeros regionales, constituyentes o algún líder de opinión. En síntesis, sólo son los alcaldes quienes cuentan con más personas que sí los conocen que personas que dicen no saber quiénes son.
Como colorario de este ítem, la encuesta Barómetro postula que un 41% de los ñublensinos dice no estar en lo absoluto interesado en la política, un 28% dice estar poco interesado; y sólo un 6% muy interesado.
Para el profesor de Historia y Geografía de la Universidad del Bío-Bío, Rodrigo Salazar, lo anterior se explica porque “la gente vive en lo micro, y ve lo macro como algo lejano, entonces, que no les interese la política, lo que no les atrae son los políticos, entonces para ellos el Presidente, un diputado o un senador son personas lejanas, en cambio, la gente del barrio, la gente de la ciudad o un alcalde son mucho más cercanos”.
Otro punto que destaca para explicar esta lejanía con el resto de las figuras es que “en términos generales, la mayoría de la gente no sabe exactamente cuál es la función de un delegado o el de un consejero regional, y muchos incluso confunden cuáles son las labores que ellos deben cumplir para la comunidad, entonces, hubo muchas personas que calificaron mal al gobernador por un tema de Seguridad Ciudadana, pese a que ese tema no es algo que esté en manos de un gobierno regional, sino de otro tipo de autoridades”.
Pese a lo anterior, sólo un 16,14% reprueba las oportunidades de participación ciudadana en materias de desarrollo que ofrece la Región; y un 48% asegura informarse mediante radios regionales, siendo éste el medio más buscado tras la televisión de cobertura nacional (66%) en Ñuble.
Reencuentro con los próceres
Respecto a la fuerte imagen que tienen los ñublensinos de sus emblemas históricos, artísticos y patrimoniales, el historiador Alejandro Witker advierte que más que un nuevo interés hacia ellos, se trata más bien de la reivindicación cultural de una región que tradicionalmente ha demostrado un fuerte apego por sus tradiciones.
“No hay que confundirse, no es que hoy en día los chillanejos estén empezando a valorar a sus figuras históricas, artísticas o a su patrimonio cultural y arquitectónico en general; es un segmento el que hoy lo está recuperando, que es algo muy distinto”, plantea.
El historiador, escritor y docente, añade que “hubo, durante un tiempo reciente, un discurso político muy mal intencionado que buscó enlodar algunas de estas figuras, para desinformar a las personas e intencionarlas u orientarlas hacia emblemas contarios al patriotismo o al amor por el país”, y a su juicio eso ocasionó que algunas personas, especialmente los jóvenes, manifestaran un rechazo a estas figuras.
Sin embargo, el ciclo dio –en su opinión- un giro no previsto por muchos. “Si revisas la actualidad, esos mismos intentos que muchas veces terminaron en violencia, desmanes o faltas de respeto, llegando incluso a un intento constitucional en el que, entre muchos puntos, alguien pretendió incluso eliminar los emblemas nacionales. Eso hizo que la gente reaccionara y tomara una actitud de protección y valoración por lo nuestro, y Ñuble no fue la excepción”.
En cuanto a la valoración de lo patrimonial, que podría evidenciarse en una mayor conciencia respecto a elementos urbanos como el Puente Confluencia o un mayor conocimiento respecto a la arquitectura Bauhaus que se intentó plasmar en el centro cívico de Chillán, o gemas como los murales de Siqueiros, la encargada de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán, Karin Cárdenas, estima que la educación patrimonial que se ha ido implementando en la comunidad también ha comenzado a dar resultados.
“El rol de la Educación patrimonial, tanto desde los espacios de educación formal, como informales, es clave para la concientización y posterior gestión del patrimonio cultural. En sencillo, es difícil valorar lo que no se conoce bien, y en este sentido, la difusión de las diversas expresiones patrimoniales contribuyen a visibilizarlas para que sean valoradas colectivamente”.
En esta línea, la encargada de la UPA propone que esta educación patrimonial debe implementarse desde los primeros años de escolaridad.
“Siguiendo esta línea, la UPA ha definido como su principal pilar la educación, en los primeros años, generando contenido para una comunidad en general, y recientemente con un grupo más específico, implementando el primer Programa de Educación Patrimonial Municipal para desarrollar desde las aulas. Con ello el acento no solo está en valorizar el pasado, sino que también, incluyendo a las nuevas generaciones, la valoración y preservación futura de nuestro patrimonio”.