A un año y cuatro meses del primer caso de COVID-19 en Ñuble, 2 mil personas han requerido ser hospitalizadas con este diagnóstico en el principal centro asistencial de la región. Prácticamente todos estos pacientes recibieron su primera atención en la Unidad de Emergencia del Hospital Clínico Herminda Martín, la puerta de entrada al sistema de cuidados hospitalarios tanto para quienes están afectados por el coronavirus como aquellos con patologías generales.
La unidad, al igual que los otros servicios asistenciales, se ha adaptado a los requerimientos impuestos por la pandemia, con la habilitación de áreas diferenciadas para personas con sintomatología respiratoria y consultas generales.
“Se redefinieron los espacios para trabajar y atender en forma segura, se restringió la circulación de personas y hasta hoy se aplican exigentes rutinas y protocolos de bioseguridad en las áreas de mayor exposición”, destacó el director del Hospital, Luis Alberto Pérez Ojeda.
Específicamente el área de urgencias, dijo, “cuenta con accesos diferenciados para las personas que consultan por cuadros respiratorios y aquellas que lo hacen por otros problemas de salud, tanto en el área pediátrica, de adultos, gíneco-obstétrica y dental”.
“De esta forma, buscamos disminuir la probabilidad de contagio en salas de espera y boxes de atención, velando por la seguridad de los pacientes y del personal. Es un primer filtro, pero cuando el paciente ingresa acá no sabemos todavía si está contagiado, hasta hacer una primera evaluación y finalmente contar con el resultado del laboratorio, por esos los protocolos sanitarios se aplican igual en ambas zonas de atención para evitar contagios cruzados”, explica el jefe de la Unidad de Emergencia, Dr. Ricardo Vásquez.
Aunque las consultas han disminuido con respecto al período de prepandemia, ya que las personas optan por evitar la exposición en lugares de alta afluencia de público, el facultativo señala que se atienden 230 personas en promedio diariamente y que el perfil de pacientes es más complejo.
“Primero porque acuden personas en riesgo vital, en condición grave o con altas probabilidades de agravar, a diferencia de lo que ocurre en épocas normales cuando vemos mucha consulta por patologías simples que no requiere atención prioritaria. En segundo lugar, porque vemos personas con problemas crónicos descompensados como hipertensión arterial o diabetes mellitus, debido a que los pacientes no están asistiendo a sus controles de salud en la atención primaria, han descontinuado sus tratamientos farmacológicos o cambiado sus rutinas de alimentación o actividad física, que son parte de un manejo integral, pero que a causa de la situación sanitaria se han alterado”, comenta el Dr. Vásquez.
“Debido a esto, si bien hay menos ingresos, el tiempo dedicado a ellos es mayor, así como también los recursos que se destinan, me refiero a exámenes y procedimientos”, puntualizó el médico.
Asimismo, aumenta el tiempo de atención en los casos con sintomatología respiratoria, ya que es necesario realizar el test PCR para diagnosticar el SARS-Cov2 y en ocasiones deben esperar en la unidad hasta que se defina su plan terapéutico o derivación a un servicio de hospitalizados u otro recinto.
El médico destacó que “las funcionarias y funcionarios de la Unidad, son un baluarte para el hospital y la comunidad, pues pese a que hace más de un año, tuvieron que aprender a realizar su trabajo de una forma distinta, reforzando el uso constante de los elementos de protección personal para evitar eventuales contagios con nuestros pacientes, en jornadas extenuantes, no solo por la cantidad de consultas sino también por la gravedad de los cuadros y además enfrentar la incertidumbre inicial en la transmisión del virus y el miedo a contagiarse, siguieron adelante y hasta ahora han cumplido con su labor de forma admirable”.
Atención por gravedad
Tanto en el área respiratoria como de consulta general, en la Unidad de Emergencia la atención se realiza de acuerdo a la gravedad y no por orden de llegada, pues mediante una evaluación preliminar se clasifica al paciente.
Ambas áreas cuentan con salas de reanimación, equipamiento, insumos y personal necesario para atender las necesidades de salud y desde ahí se realiza la coordinación interna con otras dependencias hospitalarias o de la red asistencial, para asegurar la continuidad y seguridad en la atención del paciente.