Las próximas semanas serán clave para el futuro del proyecto que busca generar un nuevo relleno de residuos domiciliarios en Ñuble, que estaría emplazado en el sector de Lollinco en Chillán Viejo, junto al actual relleno, que pertenece a la empresa Ecobío.
La propuesta, que está siendo analizada por el Servicio de Evaluación Ambiental de Biobío (por haber ingresado antes de que se creara la Región de Ñuble), finalmente será votada por autoridades y organismos de este territorio una vez que cumpla con el proceso de evaluación de impacto ambiental.
Durante los últimos meses, la empresa Inser S.A., ha logrado obtener aprobaciones de la mayoría de los organismos estatales involucrados en el estudio, quedando pendientes solamente Salud y la Municipalidad de Chillán Viejo, que elevaron observaciones.
Los antecedentes que han surgido a lo largo del estudio serán fundamentales para que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), presente en las próximas semanas y antes de que se produzca la votación, el informe donde sugerirá aprobar o rechazar la iniciativa, anticipa el asesor ambiental de la Municipalidad de Chillán Viejo, Antonio Arriagada.
El profesional agregó que el municipio tiene algunas dudas respecto de esta iniciativa, pues se sumaría a otras industrias similares que ya existen en la zona y que han resultado ser molestas para el ambiente y en especial para los vecinos.
El dirigente ambiental de Chillán Viejo, Ulises Lari, declaró sobre el particular que “la Municipalidad de Chillán Viejo, luego de reiterar una serie de observaciones, entre ellas, generación de malos olores, vectores, contaminación, sinergia con las otras fuentes contaminantes, no respetar disposiciones del Pladeco, concluye que “es opinión de esta municipalidad que este EIA debe rechazarse”.
Competencia
Pero así como el relleno genera rechazos, existen elementos que hacen que sea visto con buenos ojos, en especial por algunos vecinos o desde otras comunas, que necesitan un centro de disposición de basura menos costoso para las arcas municipales.
El dirigente del sector Valle Escondido, Luis Mendoza, indicó que “hay mucha gente que cree que un nuevo relleno sería muy positivo, pues generaría una competencia para el actual relleno, que ha tenido un muy mal manejo ambiental y tiene una serie de sanciones y multas desde entidades fiscalizadores, a lo que se suma rechazo de la comunidad por su bajo estándar de calidad”.
Además, agregó que “un nuevo centro de acopio no implica más residuos de los existentes, sino que su distribución en otro que ojalá cuente con tecnología más moderna y amigable con el medio ambiente, y sobre todo, que termine con la posición dominante y hegemónica de Ecobío en la zona”.
El alcalde de Pinto, Manuel Guzmán, cuya comuna envía sus desechos a Chillán Viejo, planteó que sería una buena opción que Ñuble tenga otra planta para recepcionar la basura domiciliaria.
Guzmán indicó que “es válido decir que a ninguna comuna le gusta tener un relleno sanitario o vertedero, pero para nosotros obviamente que nos permitiría reducir nuestros costos y un cierto ahorro a nuestras arcas municipales”.
En el caso de Ránquil, el alcalde(s), Modesto Sepúlveda, indicó que “en la medida que ello implique bajar los costos que tenemos en la actualidad estamos dispuestos a analizar otras propuestas para enviar la basura que se genera en la comuna y para lo cual tenemos solamente una alternativa”.
Según antecedentes del SEA, el proyecto “Centro de Manejo Ambiental Ñuble Sustentable”, consiste en la construcción, operación y posterior cierre de un centro de manejo habilitado para la disposición final de aproximadamente 7.565 toneladas mensuales de residuos sólidos domiciliarios (RSD) y asimilables que se generen principalmente en Ñuble.
El proyecto se emplazaría en una superficie total de 93,3 hectáreas, de las cuales 7,308 hectáreas constituirán el proyecto en sí, siendo esta la superficie destinada como área de disposición final de residuos sólidos domiciliarios y asimilables.
Esta propuesta contaría con una zona de protección de 85,40 hectáreas, considerando un perímetro de 300 metros alrededor del área de disposición final, de lo establecido por la norma sanitaria.
Tras años de análisis se espera que la propuesta sea revisada por el SEA y durante el mes de mayo sería votada eventualmente por las autoridades de Ñuble.