En el comando oficialista hablan de un proceso para volver a fortalecer a la izquierda en el país

Una joven mujer de blazer negro alza su mirada al cielo tan celeste como sus ojos, y sentada en el canto de una mesa en el patio del comando del Partido Comunista en calle Cocharcas, gritaba “¡tienen bocinas gracias a nosotros!” al escuchar a los primeros automovilistas celebrando el triunfo de Kast.
Sí, pese a la frustración natural por la derrota electoral, algo de humor y de satisfacción por haber dado todo había en el PC.
Minutos antes, la misma mujer había llegado a la sede y se acercó al gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo, para presentarle a su hija. “Mire, jotina desde chiquita”, dijo.
Esa camaradería que los caracteriza estaba intacta. Se tomaba bebida, cerveza, café y adentro preparaban comestibles. Pero aún así, la derrota y sus resabios eran evidentes en otros rostros más apesadumbrados, quienes buscaban abrazos o respuestas en los mayores, como el propio gobernador, quien como si se tratase de un cetro, estaba sentado en el canto de otra mesa, pero ubicada justo al medio del patio.
Camisa negra, lentes de sol en el bolsillo, pide que lo dejen terminarse un cigarrito corto, como los de Víctor Jara, y comienza a atender a la prensa.
Sobre si un gobernador pierde mucho cuando el Presidente no es de su línea política, dice: “bueno, lo vamos a ver ahora, porque cuando asumimos fue con el Presidente Piñera y no alcanzamos a observar su comportamiento con la región, pero sí esperamos que se respeten los pactos que están vigentes para su desarrollo, independiente de las diferentes visiones, hay ciertos mínimos, como la descentralización y otros acuerdos en salud o infraestructura”.
En un análisis abreviado, el gobernador destaca los ciclos y cambios constantes que ha experimentado el país en materia electoral, “y ya no esperamos algo muy diferente, nadie está diciendo que se va a desfondar el país. Esperamos conversar las discrepancias, que de hecho tuve varias con este gobierno, pero sí espero que el Presidente Kast sea, en ese sentido, diferente al candidato Kast, y que sea un Presidente con el que, al menos, se pueda conversar”.
Ya desde las equivalencias e interpretación de votos, Crisóstomo pide notar que el respaldo en Ñuble a Jeanette Jara fue menor que el obtenido por otros representantes de la coalición oficialista, quienes terminaron siendo parlamentarios, ni se condice con elecciones anteriores de cores o alcaldes y concejales.
“Tenemos que diferenciar entre las elecciones territoriales de las nacionales, y eso en el caso de Ñuble como en gran parte del país, no se condice. Las elecciones del año pasado las ganamos con cerca del 42 por ciento y en las últimas elecciones de diputados, nuestra coalición aumentó su caudal de votos. De hecho ahora tenemos dos diputados y antes teníamos uno”, observa.
Sobre el desempeño del Presidente Gabriel Boric, sostiene que “tiene luces y sombra, como todo gobierno y dentro de los logros, destaco el que trajo paz social, ya que en estos cuatro años no tuvimos conflictos sociales y en todos los anteriores, sí los hubo. También se estabilizó la macroeconomía y bajó el endeudamiento”.
Tras pedirle que destacara un error del actual Gobierno, no dudó en zanjar que “las expectativas superaron a la realidad”.
Proceso de fortalecimiento
La presidenta del Partido Comunista de Chillán y seremi de Desarrollo Social, Marta Carvajal, dice que el análisis profundo de los resultados de la elección es algo que “requiere tiempo”.
Pese a la derrota, destaca que “hubo un crecimiento de votos, pasamos de un 26 a un 41 por ciento, que no es menos significativo, y habla del trabajo territorial, del convencimiento que pudimos tener con las personas entre la primera vuelta y la segunda”.
La seremi anticipa que lo que se les viene ahora como partido y coalición “es un proceso de fortalecimiento de la izquierda, de la unidad, a la espera de que comience el gobierno de José Antonio Kast, en un estado de alerta para poder defender, si es necesario, los derechos y la democracia que la ciudadanía requiere”.
Respecto a los años venideros, desde el PC dicen que estarán trabajando porque en el país no se pierdan los derechos sociales y la democracia, “que más allá de las diferencias sociales, como partido político, es algo que siempre hemos puesto en el centro”, asevera.
Sobre el programa de Kast, Marta Carvajal comenta que “nos tiene con preocupación y en alerta, cuando hablan del recorte presupuestario, cuando hablan de la PGU, cuando ponen en el centro otras preocupaciones que no son las nuestras. Dada las diferencias que podemos tener, es propio querer estar alerta”.
En el comando admiten que la alta brecha debe ser algo que Kast debiera aprovechar, sin embargo, le harán un seguimiento constante a las promesas planteadas por el candidato de la derecha, como el reducir en US$6 mil millones en 18 meses el gasto fiscal y otros anuncios en materias como la inmigración ilegal, la delincuencia y el futuro de otros programas sociales.