¿Cómo ayudar a una mujer que vive violencia de género? Con acciones en el día a día que detengan la normalización de conductas que dañan y violentan a las mujeres, en los espacios de vida comunitaria y laborales. Este es el llamado a la acción de las trabajadoras y trabajadores del Hospital Clínico Herminda Martín, que hoy se congregaron masivamente para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
“Es cierto que para que ocurra la violencia contra las mujeres, hay muchos factores, más que la sola existencia de un agresor. Por ello, hace mucho sentido la reciente campaña del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Sí es mi problema, porque le habla a la comunidad, a los hombres y no pone toda la carga de la erradicación en las mujeres que viven violencia, en las sobrevivientes”, señaló la subdirectora del establecimiento, dra. Jimena Viñuela.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]En ese contexto, enfatizó, “nuestras actitudes cotidianas también son poderosas, como detener la circulación de una imagen o video no consentido en un grupo de WhatsApp o dejar de usar un lenguaje que culpe a las víctimas, cosifique a las mujeres y naturalice el acoso sexual”.
La violencia contra las mujeres es una de las dimensiones más dolorosas de la desigualdad de género y una realidad también en el mundo del trabajo aun cuando es difícil saber su real prevalencia, comenta Carmen Gloria Alarcón, del área de calidad de vida del hospital. “Tiende a ser ocultada por las víctimas por el temor a perder el empleo, a ser cuestionada o estigmatizada. Así, solo una de cada cinco mujeres reporta situaciones de acoso a sus empleadores y no contamos en Chile con mediciones representativas del alcance de esta expresión de la violencia de género en el mundo del trabajo”, comentó la profesional.
Contribuir a la prevención, sanción y erradicación de la violencia de género es fundamental también para la protección de los derechos laborales. Por ello, “si ves que tu compañera de trabajo está siendo acosada sexualmente por el jefe u algún compañero, no mires a un lado, no te desentiendas. Acércate a ella y ofrécele tu apoyo para detener el acoso sexual. A eso estamos llamadas, a ser parte de la solución”, dijo.
Compromiso en la atención de salud
Cada vez que una mujer habla de su experiencia de violencia sexual y se pone en duda su palabra, la cultura de la violencia se hace más fuerte.
En ese sentido, el compromiso del equipo de salud es garantizar a las víctimas un especio seguro para ser escuchada y apoyada.
“Al abordar casos de violencia sexual, la sobriedad, la vestimenta y la sexualidad de la víctima son irrelevantes. El autor es el único responsable de la agresión”, puntualizó la subdirectora Jimena Viñuela.
La violencia de género tiene graves consecuencias. La más grave es la muerte, pero además está asociada a una gama de problemas en la salud física, mental, sexual y reproductiva, a corto y largo plazo para las sobrevivientes de violencia sexual y de pareja. También afecta a sus hijos e hijas y genera altos costos sociales y económicos para estas mujeres, sus familias y las sociedades.
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