La agricultura familiar de Ñuble está viviendo un punto de inflexión. Lo que hace una década parecía inalcanzable hoy se materializa: pequeñas empresas campesinas exportarán directamente desde sus territorios.
Gracias al trabajo organizado de productores y productoras, la asociatividad y un acompañamiento técnico y financiero que Indap ha sostenido en el tiempo, esta combinación ha permitido que diversas Empresas Asociativas Campesinas (EAC) abran rutas internacionales desde predios familiares hacia mercados exigentes.
El caso de Marrón Andino SpA es uno de los más representativos de este proceso. Ubicada en la comuna de El Carmen, la empresa está integrada por nueve socios y respaldada por el trabajo de 32 productores y recolectores locales. En solo dos temporadas pasó de exportar un contenedor en 2023 a enviar tres contenedores en 2025, equivalentes a 67 mil kilos de castañas seleccionadas al mercado italiano.
Gabriel Palma, representante legal de Marrón Andino, lo resume así: “Ha sido un gran año para Marrón Andino. Como agricultores ponemos todo el esfuerzo, pero el apoyo del Estado a través de Indap ha sido fundamental para crecer y creer en nuestras capacidades. Hoy sabemos que la calidad es lo que marca la diferencia: al visitar a nuestros compradores en Italia vimos cuánto valoran el trabajo de la agricultura familiar campesina. A veces no dimensionamos lo que hacemos, pero cuando nuestros productos llegan afuera, uno entiende que sí estamos a la altura”.
La demanda internacional crece: la empresa ya tiene compromisos de seis contenedores para 2026 y ocho para 2027, lo que los tiene trabajando en la implementación de un frigorífico propio, con inversión proyectada de 180 millones de pesos, clave para asegurar trazabilidad y continuidad en la exportación.
Vinos del Itata rumbo a China
El Valle del Itata es hoy el otro gran protagonista de la internacionalización campesina. Empresas como Coovicen, Moscin, Centinelas del Itata, Cepa Ancestral, Vinos de Patio y Travesía del Pipeño reúnen a más de 267 productores, administran 800 hectáreas de viñedos y producen más de 11 millones de kilos de uva vinífera por temporada.
Durante 2025, estas organizaciones recibieron más de 450 millones de pesos en apoyo de Indap, fortaleciendo su capacidad técnica y comercial. El impacto es evidente: entre 2023 y agosto de 2025, las Empresas Asociativas Campesinas vitivinícolas del Itata, superaron los 5 mil millones de pesos en ventas, un indicador que confirma su consolidación.
Justo Neira, presidente de Moscin, describe este proceso con claridad: “Para nosotros, este apoyo permanente de INDAP ha sido fundamental. Llevo más de 20 años como dirigente y recién en este período hemos sentido que la agricultura campesina tiene la importancia que merece. Cuando uno se siente valorado, produce mejor, se organiza mejor y avanza más rápido. Pasamos de mil kilos a diez mil, luego a cien mil y hoy a más de un millón. Eso cambia la realidad de cualquier familia campesina”.
Apertura de China
Este fortalecimiento abrió la puerta al siguiente gran paso: la apertura comercial hacia China. Tras ruedas de negocios y gestiones encabezadas por INDAP, empresas como Coovicen, Moscin y Vinos de Patio, junto a productores apoyados por INDAP como Agrícola La Magdalena, Genial Wines, Bernardo Cortés, Cristian Lagos y Joel Neira, concretarán un envío piloto de 12 pallets de vino embotellado y 60 mil litros de vino a granel.
“Estamos vistiendo pantalones largos: preparados para competir, para exportar y para mostrar el Valle del Itata en el mundo. Si todo sigue bien, quizás en unos años hasta tengamos que aprender mandarín, porque la exportación a China es una oportunidad real”, agrega Neira.
La viñatera Clara Arteaga, de Agrícola La Magdalena destaca con emoción: “Lo que partió como una posibilidad ahora toma forma, y nos alegra ser parte de una misión donde no solo viajan nuestros vinos, sino también el esfuerzo y la esperanza de quienes cada día trabajan para hacer lo que aman”.
Inversión, asesoría y gestión
El subdirector nacional de Indap, César Rodríguez, explica que este avance no es casual ni espontáneo. “El modelo de las EAC ha madurado al punto de permitir que la agricultura familiar llegue a mercados internacionales. La combinación de inversión, asesoría y gestión que entrega Indap ha fortalecido la base productiva y ha dado paso a organizaciones capaces de competir con calidad y estándares globales”.
La directora regional de Indap Ñuble, Fernanda Azócar, refuerza esta mirada. “Ñuble ha sabido aprovechar este impulso como pocas regiones: hoy vemos castañas que salen desde El Carmen hacia Europa y vinos del Itata abriendo rutas comerciales en Asia. Es la mejor prueba de que nuestra agricultura campesina tiene identidad, calidad y un enorme potencial”.
Agregó que solo entre 2024 y 2025 Indap Ñuble ha movilizado más de 627 millones de pesos en inversión, infraestructura, asesoría y capital de trabajo, permitiendo que la región avance hacia una etapa de madurez comercial inédita para la agricultura familiar campesina.
Desarrollo rural y proyecciones
“El impacto territorial de estas experiencias es profundo: generan empleo rural, impulsan cadenas de valor locales, diversifican ingresos y consolidan una identidad productiva que reconoce tradición e innovación”, explica el subdirector nacional de INDAP.
Las proyecciones para los próximos años incluyen consolidar las exportaciones de castañas y vinos, y avanzar en nuevos rubros como la miel y las cerezas, con una necesidad total de inversión cercana a los 435 millones de pesos.
Ñuble confirma así que la agricultura familiar campesina puede competir más allá de sus fronteras, abriendo caminos donde la identidad, la calidad y la asociatividad se convierten en motores de desarrollo para los territorios rurales.
